Por: Alejandra Ramírez Ochoa
Comunidad de Protección
Las dinámicas de violencia en el Urabá Antioqueño han impuesto el miedo y el terror en el territorio. A pesar de esto, los líderes y las lideresas han roto el silencio y tomado partido para reconstruir el tejido social comunitario y proteger los derechos humanos de sus comunidades.
La memoria nos recuerda los rostros de las mujeres, niños y hombres que ha dejado la guerra en el Urabá Antioqueño, la masacre de Honduras y la Negra en Turbo dejó 20 personas muertas y en San Pedro Urabá otras 16, “en los años 90’s empezaron a surgir los grupos paramilitares (…), vivíamos con temor y el campesino tenía que obedecer lo que ellos dijeran” (SNPS-CC, Turbo, 2023); sus historias entre lo que implica un recuerdo atado al miedo, llanto y la ilusión de la paz, alentaron a los líderes y lideresas a alzar la voz y defender los derechos humanos en todo el territorio, al reconocer la presencia de grupos que no quisieron hacer parte de la desmovilización por la Ley de Justicia y Paz y continúan haciendo presencia en el territorio.
Esta lucha es la suma del liderazgo de mujeres y hombres con procesos organizativos y educativos para fortalecer el tejido comunitario, a fin de mitigar las brechas educativas, laborales, económicas y de conflicto que perviven en esta zona e impiden el desarrollo humano, el proceso de restitución de tierras y la reparación colectiva para el buen vivir de las comunidades. En ello, la pastoral social gracias al apoyo solidario de Cáritas Alemania y Cáritas España, aportó en la unidad comunitaria, el empoderamiento territorial y el intercambio de conocimientos sobre la prevención de riesgos y desastres naturales y la protección para víctimas del conflicto armado, robusteciendo el liderazgo y aportando significativamente al territorio.
Con estas herramientas y el ímpetu de su lucha, han logrado entender el diálogo como el elemento fundamental para avanzar como comunidades hacia la paz y la reconciliación “conversando con los grupos armados para evitar los asesinatos selectivos y los desplazamientos” (SNPS-CC, Turbo, 2023); exponiendo sus vidas, denunciando y activando rutas de protección para propiciar un cambio y vivir dignamente, dado que las realidades continúan siendo precarias y existe un notorio abandono estatal.
Reconocemos los liderazgos territoriales del Urabá Antioqueño como la esperanza para la reconciliación y la paz en Colombia, que no es más que una vida digna en los espacios donde habitan y viven las comunidades de la tierra bananera, rica en recursos naturales y de gente pujante.
