Cuidar la Casa Común es tarea de todos

28 Jul 2021


Cuidar la Casa Común es tarea de todos


28/07/2021


La ‘Casa común’, nuestro planeta, por siglos ha sido afectado gravemente por el consumismo desmesurado y las malas prácticas ambientales personales, empresariales y, gubernamentales.

Pese a que el uso intensivo de combustibles fósiles obedeció a las necesidades energéticas propias de la primera revolución industrial, con el transcurso de los siglos, las grandes empresas, en ausencia de modelos democráticos en el manejo de los bienes naturales, han priorizado sus ganancias, por encima de los costos negativos afrontados por nuestra ‘Casa Común’.

Es fundamental identificar las causas estructurales que nos conducen a una inminente catástrofe ambiental, así pues, la matriz energética[1] en Colombia, donde se han impulsado grandes proyectos energéticos (hidroeléctricos, de carbón, petroleros, entre otros), ha generado notorios conflictos socio-ambientales y potenciado la profunda crisis ambiental local.

El Papa Francisco nos recuerda algunos de ellos, como lo son la contaminación de las fuentes hídricas, la pérdida de biodiversidad, la afectación a la calidad de vida, la desigualdad global y, el cambio climático.

Además de los impactos negativos derivados de su producción, la energía se ha dejado de pensar como un bien común, para convertirse en un bien en favor de unos pocos. Tanto así que, en 2018, alrededor de 1.200 millones de habitantes en el mundo y 26 millones en América Latina no contaban con energía eléctrica [2].   

Es este un llamado para avanzar en el impulso de políticas públicas que promocionen la difusión de energías alternativas descentralizadas, es momento de fortalecer el control que las comunidades tienen sobre la generación y distribución de la energía en lo local.

Los cambios que exige una transición energética están íntimamente ligados con la apropiación social de las tecnologías disponibles para el aprovechamiento de la energía contenida en los flujos biosféricos[3]  y litosféricos[4] y; con el cambio de hábitos sobre un estilo de vida consumista asociado a cuestiones sobre cómo nos movilizamos, cómo cultivamos nuestros alimentos, cómo nos relacionamos con nuestros vecinos y con la naturaleza.

La democratización y cambios del sistema energético, se unen con la invitación para que las conversaciones personales y comunales, como las denomina el Papa Francisco en la encíclica Laudato Sí, se alejen del “egoísmo común” y se acerquen a la vida animada por virtudes ecológicas.

Las prácticas agroecológicas, la gestión comunitaria de las aguas, el intercambio de semillas nativas y, la exigencia de derechos humanos y ambientales a los Estados son manifestaciones que nos permitirán sobreponernos a la cultura de la muerte.

“Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo. Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida” (LS 207).

¿Cuál será su enseñanza para el Cuidado de la Casa Común?


[1] Entendida como la radiografía del consumo de energía proveniente de diversas fuentes en un periodo de tiempo.

[2] Transición energética en Colombia: aproximaciones, debates y propuestas. Rescatado de: https://co.boell.org/sites/default/files/20180301_ideasverdes_no7_web2018_ok.pdf.

[3] Sol, agua, viento.

[4] Calor de la tierra.

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