Pandemia y doctrina social de la Iglesia: interdependencia y vulnerabilidad
Desde el 13 de marzo inició la segunda fase del Diplomado “Levadura del Reino para la construcción de una Colombia Justa y en paz I”, una propuesta formativa del Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana-SNPS/CC en alianza con la Universidad Minuto de Dios-UNIMINUTO.
El objetivo del diplomado es “profundizar la identidad y fundamentos de la Dimensión Social de la Evangelización para encontrar criterios de acción y directrices metodológicas que la dinamicen en su aporte a una Evangelización transformadora de las realidades de nuestros pueblos para que en Cristo tengan vida digna”, afirmó Rosa Inés Floriano, animadora del Área de Desarrollo Institucional del SNPS/CC.
Como cierre de esta primera fase se realizó el 27 de julio una sesión formativa en la que estuvieron 21 estudiantes de diversas jurisdicciones eclesiásticas del país y monseñor Héctor Fabio Henao, director del SNPS/CC, quien en su intervención motivó reflexiones en torno a ¿Cómo aplicar, en este contexto de pandemia, lo aprendido en el diplomado?
Al respecto, mons. Henao afirmó que “cuando la Iglesia habla de la pandemia, del efecto de la crisis, de lo que esto significa, el referente va a ser siempre la familia humana. Están discutiendo vacunas y muchas otras, pero lo que está en amenaza es la familia humana, no un país o un sector ideológico, por eso tenemos que ir mucho más allá”.
“La palabra de Dios nos recuerda la interdependencia humana, pero también la común vulnerabilidad. Lo que se ha visto en la pandemia es algo que se venía trabajando en las escrituras. El ser humano es profundamente vulnerable y débil en muchas cosas. Caímos en una sociedad que nos hizo olvidar eso, una sociedad de muchas seguridades que hoy tienden a quedar derrumbadas por el efecto de algo minúsculo como lo es un virus”, añadió.
Para el director del SNPS/CC esto significa que las personas deben reflexionar sobre un hecho: somos una especie con vulnerabilidades y, por lo tanto, para superar la crisis se debe trabajar en comunidad, con esto no se quiere decir que se infrinjan las medidas de aislamiento preventivo decretadas por el Gobierno Nacional, ya que no respetar el distanciamiento físico representa un fuerte riesgo de contagio, sino que hace referencia a cuidarnos entre todos para evitar la propagación del virus.
“La Pastoral en sus múltiples dimensiones (profética, litúrgica, social) tiene que recuperar ese sentido de integralidad, porque no podemos desconocer que la gente, sintiéndose muy vulnerables y muy afectada por la pandemia del Covid-19, nos está reclamando una respuesta que no es solamente material”, comentó mons. Henao durante su intervención.
Aunque las Diócesis, Arquidiócesis y Vicariatos del país continúan llegando a las comunidades más necesitadas para bridarles ayudas que les permitan mitigar los impactos de la pandemia, la población pide una respuesta mucho más profunda y radical, es decir, respuesta frente a la fragilidad en la que se encuentran tanto espiritual como emocionalmente.
Para Monseñor, “hay muchos gestos que se están haciendo y que muestran esa solidaridad frente al ser humano, pero es muy importante tener en cuenta que está la tendencia a una lectura equivocada y apocalíptica del asunto; esta situación no es un castigo divino, incluso nos los ha dicho el mismo Papa Francisco. Esta es una situación en la cual tenemos gran responsabilidad, y si estamos ante esa vulnerabilidad común tiene que haber un Pastoral integral que nos toque a todos y a todas el corazón, sin distinción de sectores, ni en lo social, en lo litúrgico en lo carismático”.
De igual forma, la pandemia es la oportunidad para que nos cuestionemos sobre el desarrollo de las estructuras, puesto que la crisis actual ha dejado en evidencia grandes falencias sociales, por ejemplo: en Leticia (Amazonas) no hay hospital, en Tumaco (Nariño) la estructura de salud es muy vulnerable y lo mismo sucede en otras regiones del país. La emergencia sanitaria ha hecho que gran parte de la sociedad colombiana se dé cuenta de la brecha social que existente.
“Desde la Doctrina Social de la iglesia nos vienen orientaciones y criterios éticos, uno de ellos es la protección básica y los medios de emergencias que deben ofrecerse de acuerdo a principios de no discriminación. Si la vacuna, que hoy se está luchando por tenerla, sale solamente para un bloque de países o para un sector que ya tiene acceso a la salud, quedaría una Colombia excluida del acceso a la salud”, aseguró mons. Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana.
“La Iglesia nos confía a nosotros trabajar intensamente en el buen vivir como un hecho que tenemos que alimentar. Para que eso se haga realidad hay que prestar atención a los que son más frágiles, sobre todo, los ancianos y los incapacitados que son dejados por fuera cuando ya n hay espacio en las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI). Tenemos que dirigir nuestra mirada hacia los más frágiles, allí es donde tenemos que poner nuestro corazón. Tenemos una alianza entre la ciencia y el humanismo, estos deben ser integrados y no separados (…). Cuando se habla del tema de la pandemia, la solidaridad debe ser para el bien de todos y no como una defensa de los demás”, fue parte del mensaje que mons. Héctor Fabio Henao le deja a los participantes”.