Mensaje del Santo Padre al Foro de los Pueblos Indígenas 2021
03/02/2021 El pasado 2 de febrero se realizó el quinto Foro de los Pueblos Indígenas 2021, organizado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola – FIDA, un espacio que nace dada la experiencia adquirida del Foro de Agricultores y que permite el diálogo permanente sobre el desarrollo rural entre diversos actores de la sociedad, asimismo, la reducción de la pobreza en el que participan las organizaciones de pequeños agricultores y productores rurales.
Según el FIDA, los objetivos de este evento que se realiza anualmente son “evaluar la actuación del FIDA en relación con los pueblos indígenas en consulta con los representantes de los pueblos indígenas, los Estados Miembros del FIDA y el personal del Fondo; realizar consultas sobre desarrollo rural y reducción de la pobreza; y promover la participación de las organizaciones de pueblos indígenas en las actividades respaldadas por el FIDA a escala nacional, regional e internacional”.
Durante el evento, monseñor Fernando Chica Arellano, observador permanente de la Santa Sede de FIDA, fue el encargado de transmitir el mensaje que el Papa Francisco envió a todas las comunidades indígenas, gobiernos y población en general.
“Y ahora tengo el gran honor de transmitirles, de hacerles llegar con todo afecto, el mensaje que el Santo Padre les dirige con ocasión de esta importante reunión. Él les manifiesta su cercanía y reza pro todos ustedes y pide a Dios que los bendiga”, expresó monseñor Fernando Chica.
Mensaje del Papa Francisco:
Queridos representantes de los pueblos indígenas, deseo expresarles nuevamente mi cercanía y el compromiso de la Iglesia para seguir caminando juntos.
Juntos para manifestar nuestro convencimiento de que la globalización no puede significar un uniformismo que ignore la diversidad e imponga un nuevo tipo de colonialismo.
El desafío consiste, más bien, en crear alternativas desde la solidaridad para que nadie se siente ignorado, pero tampoco imponga avasalladoramente la propia dirección, considerándola como la sola correcta.
Por el contrario, sabemos bien que, cuando las diversidades se articulan y mutuamente se enriquecen, la comunión entre los pueblos florece y se vivifica.
En realidad, de lo que se trata es de promover un desarrollo que no lleve el consumo como medio y como fin, sino que verdaderamente vele por el entorno, escuche, aprenda y dignifique.
En esto consiste la ecología integral, en la que la justicia social se conjuga con la protección del planeta. Solo con esta humildad de espíritu podremos ver la derrota tota del hambre y una sociedad basada en valores perdurables que no son fruto de modas pasajeras y sesgadas, sino de la justicia y la bondad.
Confío en que vuestro trabajo de estos días esté lleno de frutos abundantes, de amor por el mundo que queremos construir entre todos y que deseamos entregar a los que vienen detrás de nosotros como un tesoro y no como un cúmulo de desechos y despojos.
Prestemos para ello atención a lo que nos beneficia a todos y que precisamente será lo que nos permitirá pasar por el mundo dejando un surco de altruismo y generosidad, sin quedar heridos por la inmanencia terrena, desolados por el vacío espiritual, paralizados por la autoreferencialidad o entristecidos por el individualismo.
Con estos sentimientos, pido a Dios que bendiga vuestras comunidades y a quienes en el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola se empeñan por ayudar a cuantos viven en las zonas más deprimidas del planeta, pero agraciadas por la belleza que procede de respetar y convivir con la naturaleza, obra que salió de las manos del Señor.
Muchas gracias.
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