Fronteras limpias y con pensamiento sostenible
4/11/2020 Con una participación de más de 19 mil personas, el proyecto logró cambiar el pensamiento y la conciencia ambiental de los participantes.
En el desarrollo del proyecto “Apoyo multisectorial a familias afectadas por la crisis migratoria de venezolanos en Colombia”, implementado por el Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombia y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), se desarrollaron tres líneas de trabajo que buscaban cambiar positivamente las realidades de los migrantes y retornados durante el 2019 y la emergencia sanitaria del Covid-19 del 2020.
Una de estas líneas de atención es la de agua, saneamiento e higiene o Wash por sus siglas en inglés, de gran importancia en contextos migratorios donde las personas no tienen acceso a una vivienda digna, con servicios higiénicos adecuados y acceso a agua potable y en tiempos de pandemia para evitar el virus y otras enfermedades asociadas.
Por ello, teniendo en cuenta la pandemia del Covid-19, fue indispensable idear subsectores desde los cuales se impartieran las herramientas, conocimientos y donaciones necesarias para contrarestar la problemática de saneamiento e higiene que presentaban las comunidades de Riohacha, Maicao, Cúcuta, Villa del Rosario, Arauca y Puerto Carreño.
El primero de estos subsectores fue el de abastecimiento de agua y saneamiento, desde el que se logró la decuación de comedores y albergues como puntos de importancia para los migrantes, en los que pudiesen acceder a agua segura mediante la instalación de diferentes puntos de hidratación, duchas, lavamanos y retretes. De igual forma, la instalación de una planta de tratamiento de agua en el Centro de Atención al Migrante de Maicao, garantizará el acceso a 6.000 litros de agua al día en una de las zonas más áridas del país, donde históricamente se ha evidenciado un problema por la ausencia de falta potable en las comunidades más vulnerables.
En segundo lugar se encuentra el subsector de salud ambiental que, desde una constante capacitación y difusión informativa de calidad a través de 12 encuentros a lo largo del país, logró fomentar comités de recolección de residuos sólidos y campañas de reciclaje que abrieron paso a la incentivación de una participación activa de las comunidades en el proyecto, busando el beneficio común y velando por una comunidad más limpia y consciente de la importancia del manejo adecuado de los recursos.
Por otra parte, la parte educativa siguió fortaleciéndose a través del subsector de promoción de higiene, un pilar indispensable debido a la emergencia sanitaria que se presenta a nivel mundial y desde el que se realizaron 201 talleres en los que se fortalecieron las prácticas más eficaces para enfrentar el contagio del virus Covid-19 y enfermedades derivadas de malas prácticas como infecciones cutáneas o diarreas agudas. De igual forma, gracias a la entrega de 10.041 kits de higiene se pudo garantizar el acceso a productos básicos de desinfección para las poblaciones partícipes del proyecto, en el que se priorizó a niños, niñas y jóvenes, madres cabeza de hogar y adultos mayores.
Además de la USAID, el proyecto logró contar con el apoyo de diferentes organizaciones como la Cruz Roja Colombiana, la Policía Nacional, la Empresa de Aseo de Arauca, Servicios Públicos de Puerto Carreño, la ONG “Amigos de la Naturaleza”, la Secretaria de Salud Pública en Arauca y la Fuerza del Ejército Nacional, además de población civil que decidió unirse a las campañas ambientales desarrolladas.
Finalmente, los resultados de este sector permitieron la donación de tanques de plástico que reemplazaran los tanques improvisados de glifosato que se encontraban en los albuergues y comunidades intervenidas, al igual que la integración de las familias para las capacitaciones realizadas y proyectos que se unieron al sector, como la pintura de un mural ecológico en la jurisdicción de La Guajira y la adecuación de duchas y vestidores en la guardería Niña María de Cúcuta.