Situación de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas y Tribales de la Panamazonía

4 Nov 2020

Situación de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas y Tribales de la Panamazonía

4/11/2020 En un reciente informe temático acerca de los problemas que afligen a los pueblos indígenas y triviales pertenecientes a la población panamazónica, elaborado por la Fundación para el Debido Proceso (DPLF), la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), se dio a conocer que las amenazas y afectaciones a los derechos de esta población suelen estar, directa o indirectamente, relacionadas a las fuertes presiones sobre sus tierras o territorios, asociadas a los recursos naturales que en ellos se encuentran.

La CIDH recuerda que “la Panamazonía es el hogar de 34 millones de personas, lo que equivale a un aproximado de 350 pueblos indígenas y alrededor de 200 pueblos en aislamiento. Representa una fuente de subsistencia para todo el planeta por ser un bioma que funciona como estabilizador climático global y constituye una reserva única de flora, fauna y de diversidad biológica”.

El documento indica que, producto de la herencia colonial, los pueblos indígenas se encuentran con frecuencia sujetos a diversas formas de discriminación y exclusión por motivos raciales, étnicos y/o culturales. Así mismo, señala como principales amenazas aquellas acciones que ejercen presión sobre sus tierra y territorio, a la extracción de sus recursos naturales, a enfermedades o contagios, agresiones directas, proyectos turísticos y narcotráfico.

Otro de factores que vulnera de manera directa los derechos de los pueblos de la Panamazonía, son los atribuidos a la demora excesiva o paralización de los procesos de titulación de los territorios. Según el informe, la adopción de normas que disminuyen las garantías reconocidas sobre sus territorios, la apropiación ilegítima por parte del Estado y/o de particulares, las presiones de sectores corporativos, vinculados sobre todo a actividades extractivas y al agroindustria, la aplicación de normativa agraria que no refleja las distintas concepciones sobre los territorios ancestrales indígenas y la falta de protección efectiva frente a actividades ilegales, son los factores que directamente ejercen una amenaza plena teniendo en cuenta que para la población indígena la tierra es un factor vital e intrínseco de su cultura ancestral.

“El territorio posee una importancia singular para los pueblos indígenas y tribales, constituyendo un requisito fundamental para su cultura, vida espiritual, integridad y supervivencia económica. La relación espiritual con sus tierras y territorios colectivos se encuentra protegida en el artículo 21 de la CADH y el artículo XXIII de la Declaración Americana. Estos derechos se extienden sobre todas aquellas tierras y recursos que usan actualmente, y sobre aquellas tierras y recursos que poseyeron y de los cuales fueron despojados”, señala el informe.

A esto se vinculan los proyectos extractivos o de desarrollos como la minería, la infraestructura, la construcción de hidroeléctricas y los proyectos energéticos o de hidrocarburo, los cuales vulneran en un alto porcentaje la vegetación, las reservas forestales, los parques naturales y principalmente, la permanencia de comunidades en sus territorios de origen.

Impacto de proyectos en las fuentes de agua

El trabajo investigativo también manifiesta que en estos momentos existen importantes obstáculos para el acceso al agua en calidad y cantidad adecuadas, lo que suele tener relación con la contaminación y/o alteración de recursos hídricos. Dichos obstáculos son producidos a causa de la contaminación por uso de mercurio en minería, utilización de sustancias tóxicas y especialmente la ausencia de servicios sanitarios y de alcantarillado.

En esta línea, el documento resalta que la supervivencia de los pueblos amazónicos depende en gran medida de los recursos naturales que se encuentran en sus territorios, sus prácticas alimenticias tienen estrecha vinculación con su cosmovisión e identidad cultural y dependen de la caza, pesca y/o recolección para satisfacer sus necesidades. La alteración del ecosistema suele suponer la disminución de recursos, pues podrían desembocar en una crisis alimentaria y causar enfermedades por ingestión de sustancias tóxicas. De ahí la importancia de velar por el cuidado de sus fuentes hídricas naturales.

Cerrando este listado de amenazas, el informe señala que ejercicios como la desertificación y desforestación de bosques; los obstáculos para el desarrollo de prácticas culturales y espirituales; los desplazamientos forzados, los asesinatos y agresiones a integrantes de pueblos indígenas y tribales; la división de comunidades y fractura del tejido social; la criminalización de dirigentes y miembros de pueblos indígenas y las dificultades e impedimentos en el acceso a la justicia, se han convertido en otros mecanismos de riesgo para la conservación de la población panamazónica.

Lo que deben hacer los estados

Organismos como la CIDH, DPLF Y REPAM recomiendan a los estados diseñar, implementar y aplicar un marco normativo adecuado e integral para la protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas y tribales en la Panamazonía. Así mismo, sugieren creación de una red de cooperación binacional o regional con el fin de lograr una efectiva acción de protección.

Adoptar medidas decididas para evitar que actividades ilegales amenacen la integridad física de los pueblos panamazónicos; delimitar, titular las tierras y los territorios ancestrales de los pueblos indígenas, así como ofrecer garantías frente a proyectos de inversión, derechos económicos, sociales, ambientales, desarrollo intercultural y acceso a la justicia, hacen parte del paquete de acciones que los entes gubernamentales deben establecer en pro del bienestar de la población Indígena y Tribal de la Panamazonía.  

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