Diócesis de Girardota, servir en las periferias de la vida

17 Jun 2020

Diócesis de Girardota, servir en las periferias de la vida

A pesar de que los templos han estado cerrados en este tiempo de pandemia, las comunidades han seguido celebrando y transmitiendo la eucaristía de modo virtual como un gesto de acompañamiento. Asimismo, el ejercicio de ayudar a quienes más lo necesitan en medio de la crisis es una realidad que las Diócesis siguen enfrentando.

En el caso de la Diócesis de Girardota, la población ha podido experimentar la cercanía de la Iglesia, una Iglesia que se preocupa no solo por la condición espiritual de las personas, sino también por el bienestar tanto físico como mental, por eso todas estas acciones de apoyo espiritual están acompañadas de la entrega de alimentos a los más vulnerables, entre ellos a la población migrante venezolana.

“La tarea nuestra ha sido preocuparnos por atenderlos, escucharlos y tenderles la mano en el ámbito material, es decir, entregándoles ayudas alimenticias. Ha sido un trabajo difícil, por la manera en la que ellos conciben las cosas, pero hemos tratado de acogerlos y de ir formando también ese carácter o esa manera de ser con la que puedan entender que, más allá de lo material, necesitan fortalecer su vida personal e incluso formativa o intelectual”, asegura el padre Víctor Manuel Zuluaga, director de la Pastoral Social de la Diócesis.

La población migrante venezolana ha sido atendida de manera general en los ámbitos que la Diócesis ha podido suplir. Este grupo poblacional ha sido uno de los que más ha manifestado necesidad, sobre todo, quienes apenas encontraban un lugar para laborar y debido a la pandemia perdieron su trabajo.

Estas actividades se han podido llevar a cabo gracias a las diferentes parroquias del territorio, al acompañamiento de la población en general que con su solidaridad han permitido ayudar, al Banco de Alimentos Saciar y a diferentes instituciones que se han vinculado a la iniciativa “La caridad no para”, una campaña que no conoce estrato social, religioso, grupo poblacional o procedencia, nadie está marginado o excluido. A lo largo de estos casi tres meses, han ayudado a 6.752 familias, de los cuales, más de mil son venezolanos.

Para el padre Víctor Zuluaga, “el Papa Francisco ha propuesto una teología que indica ir a las periferias, ir a buscar, atender y acompañar las realidades más difíciles. Esa es la tarea del evangelio, Jesús pasaba por diferentes lugares y no excluía a nadie, fuese extranjero o samaritano. De hecho, la palabra de Dios nos dice que los extranjeros son de los grupos poblaciones que deben ser atendidos y acompañados, así como la viuda, el huérfano y los pobres. Todos necesitamos colocarnos en la tarea de acompañar porque es el gesto y la práctica del evangelio, por eso es importante para nosotros esta labor, eso es cumplir el mandato del Señor”.

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