Cierre del ciclo formativo virtual con el foro ‘Opinión pública en defesa del territorio’
15/ 10/ 2020 Con el foro ‘Opinión pública en defensa del territorio’ se dio cierre al ciclo formativo virtual ‘Problemáticas, desafíos y respuestas en la Amazonía’, un espacio para reflexionar, desde una mirada espiritual y eclesial, sobre las principales problemáticas sociales y ambientales que afectan a la región amazónica. El foro se llevó a cabo por medio de la plataforma Zoom el pasado 13 de octubre.
El Pastor Édgar Castaño, presidente de la Confederación Evangélica de Colombia y miembro de la Iniciativa Interreligiosa de Colombia- IRI, brindó una reflexión como parte de la apertura de este espacio, donde expuso uno de los deseos que el Papa Francisco dejó plasmado en la Exhortación Apostólica Postsinodal ‘Querida Amazonía’, en donde dice que sueña con una Amazonía que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, donde la voz sea escuchada y la dignidad promovida. “Creo que independientemente de la fe que profesemos, hay que valorar mucho este escrito, porque ofrece una mezcla entre lo humano y lo natural”, comentó.
Respecto al sueño eclesial del Santo Padre Francisco, la hermana Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos y Religiosas – CLAR, comentó que “como pueblo de Dios estamos llamados a transitar caminos, eso nos sitúa en el lugar de la escucha, desde el cual es posible comprender y asumir los desafíos sociales y ecológicos que se plantea la Iglesia”.
Para Franco, la diferencia entre cada ser humano es una posibilidad para el encuentro y poder convivir en unidad desde la diversidad. Asimismo, el estilo sinodal se posiciona como un nuevo modo de ser y hacer de la Iglesia, ya que caminar juntos es la condición para responder, desde una mirada eclesial, a los desafíos de la realidad.
Adentrándose en el tema central del evento, monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana, fue el encargado de dar respuesta al interrogante: ¿qué es necesario que las comunidades de la iglesia católica, otras confesiones de fe y los pueblos indígenas tomen en cuenta para generar incidencia e impactos en la opinión pública en los procesos de defensa del territorio?
Ante esta pregunta, que hace referencia principalmente a los proyectos extractivistas o de minería que afectan la vida, el ecosistema y que, en muchas ocasiones, no son transparentes en sus procesos, monseñor Henao aseguró que, “cuando se hace un análisis de una situación tan compleja como lo es la Amazonía, una realidad tan grande, con gran impacto en el mundo, es importante tener un enfoque de derechos humanos ya que este permite identificar dónde están las mayores afectaciones de esta región”.
Asimismo, añadió que se debe analizar el tema de derechos de las comunidades desde la equidad en el acceso a servicios públicos como la salud y a los recursos naturales.
Para Monseñor Henao, cuando se habla de incidencia se debe ser transparente en lo que se está proponiendo, ser humildes y capaces de evaluar y rendir cuenta de lo que va logrando colectivamente, además, saber escuchar aun cuando hay diferencias, ya que esto brinda distintas perspectivas y capacidades de entendernos los unos con los otros.
“Definitivamente la labor de incidencia hecha en clave de derechos, nos lleva al reconocimiento de voces específicas como el de las mujeres, una voz muy poderosa, de un gran compromiso y una actividad permanente en la construcción de un mundo donde los derechos sean reconocidos”, afirmó el director del SNPS/CC.
Para hacer incidencia en la Amazonía se requiere identificar las capacidades que tienen las comunidades para adaptarse, por ejemplo, al cambio climático; es decir, no resignarse a los fuertes impactos que vive el medio ambiente, sino que, por el contrario, tengan la capacidad de transformación y adopción de medidas y normas que ayuden a encontrar nuevas alternativas ante esta realidad.
Según comenta monseñor Henao, el descubrimiento de impactos y daños en el medio ambiente nos lleva a darnos demos cuenta que hay un imperativo moral de trabajar para solucionar ese problema y encontrar otra manera de leer las situaciones, otra manera de abordar las transformaciones que se tienen.
“Todo esto se trata de planes a largo plazo, de comunidades que son capaces de mirar al futuro y articularse con otros, escuchar voces de otras orillas, ser capaces de transmitir esa voz y de mantener una actitud permanente y constante hasta lograr la gran meta que es el cuidado de la Casa Común y el respeto por la creación que Dios nos ha encomendado”, fueron las palabras con las que finalizó monseñor Héctor Fabio Henao.
Por su parte, Margarita Flórez, abogada, activista ambiental, investigadora en políticas socio ambientales y directora de la Asociación Ambiente y Sociedad, enfocó su intervención en tres puntos claves: múltiples y contradictorias políticas, información y participación ambiental, incidencia e impactos.
De acuerdo a esto, explicó que en esta región del país hay una titulación de tierras pendientes que causa inseguridad jurídica porque nadie se hace responsable del territorio, lo que no solo contribuye al desorden sino también a la deforestación y el acaparamiento de tierras.
“La combinación de políticas extractivas, es decir, que el Estado central se abogue en absoluto derecho de decir en dónde van las minas y pozos petroleros, nos parece que fue solucionado por una sentencia que dijo que había que hacerse una ley de coordinación y concurrencia, pero esa ley no se ha expedido. Esto ratifica que hay inseguridad jurídica, hay fronteras borrosas que no permiten un escenario claro de exigencia de derechos”, añadió.
Asimismo, indicó que, aunque existen unos compromisos climáticos ejecutados a nivel regional, no tienen una inserción real en las poblaciones amazónicas. “En plena pandemia lo único que no paró fue la adjudicación de pozos petroleros en el Amazonas”, indicó la abogada y activista ambiental.
En términos de incidencia, la investigadora recalca que para que haya una verdadera participación de la ciudadanía, se hace necesaria la existencia de normas claras y comprensibles, mayor información en tiempo real por parte de entidades y ONG, exigencia de unificación de procesos informativos y de consulta, asistir a reuniones que permitan tener mayor conocimiento sobre los procesos, entre otros.
Ante estas dos intervenciones, Mateo Estrada, indígena del pueblo Siriano del Vaupés, integrante de la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana – OPIAC, experto en temas de territorio y medio ambiente, aseguró que cada uno de los pueblos indígenas del Amazonas tiene una relación cerca y distinta con la naturaleza, viviendo la espiritualidad desde aquello que los rodea.
En el marco de esa conexión hombre – medio ambiente, el experto indígena aseguró que, “hemos ido construyendo nuestra figura organizativa a partir de unos lideres espirituales y también sociales que existen en cada pueblo. Nos hemos ido transformando en el trascurso del tiempo. En los últimos 30 años nos hemos fortalecido mucho más a través de organizaciones regionales con el objetivo de sentarnos a dialogar con los tres actores: el Estado, las empresas privadas y las ONG. Queremos dialogar de igual a igual, entre gobierno indígena y gobierno del Estado colombiano”.
“Nosotros los pueblos indígenas tenemos nuestras normas que son igual de válidas, existen y se practican, poco a poco el Gobierno ha ido reconociendo esas figuras nuestras, porque Colombia tiene un sinnúmero de normas a favor de los pueblos indígenas pero que no las aplican. En este sentido, nuestra incidencia con el Gobierno es directa, nosotros no queremos normas escritas, sino aplicadas, que vivan entre nosotros, que caminen las montañas y ríos, que atienda la salud, educación, medio ambiente y vivienda”, puntualizó.