COMO SECTOR RELIGIOSO REAFIRMAMOS NUESTRO COMPROMISO POR LA UNIDAD Y RECONCILIACIÓN DE COLOMBIA
Bogotá, miércoles 3 de agosto de 2022
Al concluir el Encuentro Interreligioso realizado hoy con participación de diferentes sectores interreligiosos, Iglesias Históricas Monoteístas, sector Ecuménico, DIPAZ y la Iglesia Católica colombiana, reafirmamos nuestra reflexión y oración por la unidad y la reconciliación de nuestra Nación colombiana en esta coyuntura histórica de nuevos horizontes para todos, sentimos, como hombres y mujeres de fe, pertenecientes a distintas Iglesias y credos, la necesidad de fortalecer la fe, animar la esperanza y ejercitarnos en la caridad y la solidaridad.
Iluminar la vida de la Nación desde nuestros textos sagrados nos ha permitido reconocer que el Dios en quien creemos y que nos habla de sus maravillas, también es un Dios que nos habla de nuestros fracasos como Nación y nos exhorta a volvernos a Él y convertirnos desde lo más hondo de nuestro corazón. Colombia no le teme a la verdad sino a la dureza de corazón de sus hijos e hijas a quienes hoy se les piden las actitudes que son propias de una ciudadanía responsable.
Desde nuestra experiencia de Dios y el caminar con nuestras comunidades y organizaciones, queremos contribuir a que Colombia sea una Nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Una nación capaz de desarrollarse desde los grandes valores que sostienen nuestra vida social. Por ellos nos comprometemos:
- A trabajar por el diálogo y los consensos sociales y políticos por la reconciliación y la paz, como el mejor camino que hace posible el proyecto de Dios para nuestras comunidades; lo que incluye el respaldo a la implementación del Acuerdo de Paz, la reanudación de los diálogos con el ELN y las salidas negociadas al conflicto armado.
- A fortalecer nuestras organizaciones en la integración y el diálogo interreligioso y los procesos educativos que contribuyen a una cultura de la reconciliación y la paz.
- A impulsar espacios y escenarios de construcción de lo público con amplia participación ciudadana, centrada en la verdad, que no se puede ocultar ni deformar, en la justicia que hace posible la recuperación plena de todos los derechos, y en el amor y la misericordia que nos abren al horizonte del perdón.
- A continuar contribuyendo con el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestras comunidades y fortaleciendo la reconciliación social.
- A impulsar el sueño de la Nación desde su riqueza natural y su pluralidad étnica; celebrando y viviendo la cultura de la reconciliación y de la paz, en comunión con Dios, con los demás y con la naturaleza; lo cual implica cuidar la Creación como el camino más acertado que nos conduce a la construcción de ese Nosotros que habita la casa común, en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral.
- A practicar los valores de la armonía, el diálogo, el perdón, la confianza y la misericordia; promoviendo los Derechos Humanos, la verdad, la justicia y la reparación, y contribuyendo en la reconstrucción del tejido social de manera participativa e incluyente.
- A continuar trabajando con nuestros procesos de diálogo interreligioso a partir de las líneas expresadas en esta declaración.
Ofrecemos con humildad estas reflexiones a nuestro pueblo en la certeza de que Dios fortalece el empeño de todos los que trabajan por nuestra Nación: “Si el Señor no edifica la casa en vano trabajan los albañiles” (Salmo 127,1)