Diócesis de Montería: el Banco de Alimentos al servicio de la población más vulnerable
El Banco Diocesano de Alimentos de la Diócesis de Montería es uno de los eslabones más fuertes del accionar de la Iglesia Católica en el departamento de Córdoba. El programa nació hace 15 años con el fin de mitigar el hambre en las poblaciones más vulnerables de la región, sin embargo, desde hace cinco años fue transformada la visión de esta iniciativa y en la actualidad, de la mano del SENA, trimestralmente se capacita a los beneficiarios para fortalecer su conocimiento y que a través del fondo EMPRENDER, ayudarlos a crear empresa. Lo que se busca es no solo suplir las necesidades de alimento sino proveerlos de herramientas para que puedan salir de esa condición de vulnerabilidad.
Las ayudas son repartidas entre las parroquias y son los sacerdotes la vía de acceso a la población vulnerable de las distintas zonas, es por ello que el objetivo de este programa es de carácter social. Debido a la crisis sanitaria que está atravesando el país, se ha fortalecido aún más la red del Banco de Alimentos, afirma Angélica Oviedo, directora del programa.
En el momento se están recibiendo donaciones de grandes empresas, con esto se está logrando no solo atender a la población caracterizada con necesidad de ayuda permanente y que es canalizada por medio de las parroquias, sino también a la población identificada como vendedores ambulantes y registrados en distintas empresas, lo que facilita el registro y el seguimiento, asegurando un sustento diario para sus familias.
Angélica Oviedo resalta la solidaridad que pequeñas empresas y fundaciones de la región han tenido para unir fuerzas y cumplir con el propósito de abastecer los hogares con más necesidad, lo que demuestra que con mucho o poco, todo podemos hacer parte de la asistencia a los más necesitados. Y aunque el fin principal es cubrir la necesidad de alimento, otras de las acciones a destacar es que la diócesis ha designado un grupo de personas que hacen un acompañamiento al momento de entregar las ayudas y realizan un proceso de sensibilización a cerca de la importancia de la oración en estas circunstancias, así como también se busca que la población comprenda que la situación actual es mundial y debemos estar unidos en un mismo sentir, fortaleciendo nuestra fe, porque el sistema hace esfuerzos, pero la oración y la empatía por el otro es lo que nos va a hacer sobrellevar la situación y al final, ser mejores seres humanos.