A propósito de los niños y niñas del basurero, Iglesia de Puerto Carreño se pronuncia
El Vicario Apostólico de Puerto Carreño, Monseñor Francisco Ceballos Escobar, se refirió al drama que están viviendo las comunidades indígenas del Vichada, de manera especial la comunidad indígena Amorúa que sobrevive comiendo lo que encuentran en el vertedero de basura de este municipio.
“Esto es solo una pequeña muestra de lo que está pasando con los indígenas en el departamento del Vichada, a quienes sólo se les tiene en cuenta en tiempo de elecciones. Los ilusionan con miles de promesas, los llevan a votar, les compran el voto por algunas bagatelas, y, después, los abandonan a su propia suerte”, expresó el prelado.
Monseñor Ceballos Escobar denunció que los derechos fundamentales de esta población son violados constantemente y esto es conocido por las instituciones de esta zona del país, sin que nada se haga al respecto.
“Ha habido alertas tempranas por parte de la defensoría y la personería, pero no hay respuesta para solucionar el problema. Me pregunto: qué está haciendo el ICBF ante las niñas y niños desescolarizados, los drogadictos que deambulan por las calles, los niños y niñas del basurero, etc. A decir verdad, muy poco. Con seguridad hay programas de atención, pero la realidad supera a las acciones paliativas que se realizan”, aseveró.
Por su parte, recordó que la Iglesia siempre ha estado presente acompañando no solamente a las comunidades indígenas, sino también ofreciendo atención a la población migrante. “Estamos nutriendo a más de 250 niñas y niños en los tres comedores con que cuenta el Vicariato. Gracias a la Providencia de Dios, a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, a la Pastoral Social, quienes con generosidad dan desde su pobreza, en tiempo, dinero o especie para mantener estas obras. Del gobierno no hemos recibido un peso”.
El jerarca calificó esta situación como vergonzosa y expresó que “como Iglesia, queremos trabajar con más fuerza en favor de las niñas y niños con el fin de mitigar la prostitución, el alcoholismo, la drogadicción, el maltrato, el hambre, el analfabetismo, y un sin número de aspectos que ensombrecen la dignidad humana, pero es necesario que nos unamos como sociedad para extirpar los tumores que desdicen de nuestra condición de seres humanos”.