SNPS/CC apoya la integración económica de los migrantes
05/10/2020 Cada día cientos de personas se desplazan internamente en Colombia o llegan de diferentes países en búsqueda de una vida digna, refugio y ayuda. El Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana, en coordinación con las diferentes jurisdicciones eclesiásticas, trabaja para atender, proteger, promover e integrar a los migrantes, desplazados y refugiados, buscando que sus esfuerzos cotidianos se conviertan en experiencias exitosas de integración.
En Puerto Carreño, capital del departamento del Vichada, se viene implementando el proyecto ‘Apoyo multisectorial a familias afectadas por la crisis migratoria de venezolanos en Colombia’, que tiene por objetivo que las personas vulnerables venezolanas y colombianas afectadas por la crisis en la zona fronteriza de Colombia acceden a asistencia humanitaria para satisfacer sus necesidades básicas y vivir con dignidad.
El municipio ha sido escenario activo de la problemática migrante al ser ciudad limítrofe con el país vecino, en intermediación con la cuenca del rio Orinoco. Esta dinámica de migración atípica en décadas anteriores ha aumentado las carencias ya existentes en el territorio, sobre todo en relación con las necesidades básicas insatisfechas y ha puesto en situaciones de riesgo y vulnerabilidad a la población local y en especial a la población migrante venezolana, por lo que el Vicariato apostólico ha logrado generar impacto en más de 2000 familias, 80% migrantes y 20% colombianos vulnerables.
Una de estas historias exitosas es BUÑUELOS MELOS, un emprendimiento creado por Rosa*, una mujer luchadora que sin duda ha experimentado situaciones críticas al salir de un país, pero en Puerto Carreño ha generado un emprendimiento familiar.
Al llegar, sin ninguna fuente de empleo y sin un lugar confortable para vivir con su familia, recurrieron, al igual que muchos otros hogares migrantes, a arrendar una habitación y como estrategia para su sustento, iniciaron con la venta informal de comidas, ofreciendo en horarios nocturnos chorizos en una de las vías principales de la ciudad.
Con el dinero en efectivo multipropósito, entregado a través del proyecto, invirtieron los recursos en la compra de ingredientes y elementos para la fabricación de buñuelos, con los que han podido arrendar una casa más amplia, abrir un punto de venta, adquirir un nuevo carro freidor que les permite pensar en una sucursal y generar empleo digno en el municipio para venezolanos y colombianos.
Rosa* ha expresado su alegría por toda la ayuda brindada: “nosotros somos personas de bien, creyentes de la palabra del señor, por ello siempre damos gracias y compartimos por medio de obras sociales un poco de lo que Dios nos ha regalado”.
De la misma manera, Dhanny David Delgado Jiménez salió de su país en busca de una mejor calidad de vida, tanto para él como para su familia, siendo la ciudad de Puerto Carreño la esperanza de poder reconstruir su proyecto de vida.
Como la gran mayoría de los migrantes, Dhanny David, enfrentó diversas situaciones y sentimientos, trabajó en distintos empleos informales, o como él dice “cualquier broma que salga”, llegó a hacer hasta trueques de mercado que traía de Venezuela por comida preparada.
Gracias a la ayuda recibida por el SNPS/CC tomó la decisión de conformar una asociación de cultivadores llamada 3D. Gran parte de los asociados habían sido beneficiarios de la línea de dinero en efectivo del proyecto y al ver que habían quedado sin empleo, decidieron destinar parte del mismo para emprender e invertir en cultivos de ají, tomate, pimentón y cilantro.
Este emprendimiento ha sido de gran ayuda para Dhanny y su familia, quienes además de consumir las verduras, las comercializan. Su mayor deseo es que su proyecto de cultivos siga creciendo y sosteniéndose con las ventas de los productos, los cuales se han ofrecido en los mercados locales.
Por su parte, Rona Joncez Siba es beneficiaria en las líneas de Salud y CASH, que llegó a Puerto Carreño hace un año y siete meses, en una situación de escasez y desilusión, situación que cambió gracias a la entrega de dinero entregado por el proyecto, gracias al que comenzó su emprendimiento de helados, con el que ha generado los recursos para su sustento en medio de la crisis migratoria, exacerbada para ellos, por la pandemia que recientemente azota al mundo. Con el recurso logró adquirir un congelador y comprar insumos para preparar helados que vende en su barrio, llegando a comercializar de 40 a 50 helados diariamente.
Por último, está la historia de Héctor Efraín Salazar Cortes, quien ha manifestado que, al llegar a Puerto Carreño, no fue fácil conseguir empleo debido a la xenofobia que se presenta hacia los migrantes, como el mismo refirió: “que, porque unos vienen a hacer daños, pagamos los que verdaderamente queremos salir adelante”.
Debido a esto, Héctor decidió emprender su iniciativa de elaboración de chinchorros, comprando materiales como hilos y agujas, con una parte del dinero entregado por el proyecto, además de invertir en las siembras de la asociación de cultivadores 3D, de la que hablamos anteriormente.
Héctor Salazar se siente muy agradecido con el Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana y el Vicariato Apostólico de Puerto Carreño, porque gracias al apoyo recibido, obtiene ingresos económicos que puede llevar para el sustento de su familia.
Familias y personas como los descritos en las historias, están transformando la manera en que la sociedad colombiana percibe a la comunidad migrante, reconociendo su dignidad como seres humanos y su aporte al desarrollo y progreso de la región.
*Rosa, nombre cambiado para proteger la identidad de la persona que da su testimonio.