LA VOZ DE AQUELLOS QUE NO TIENEN VOZ
“En verdad os digo que cuando hicisteis
a unos de estos hermanos míos más pequeños,
a mí me lo hicisteis”
Mateo 25/40
En la Rueda de Prensa que tuvo lugar el martes 21 de febrero a propósito de la presentación de la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes (CCCB) 2023, bajo el lema: “Es el tiempo de la Solidaridad y la Esperanza; el Monseñor Fadi Bou Chebl Abi Nassif, Excarca de los fieles Maronitas en Colombia dijo “agradezco a la Providencia Divina que hace siete años me trajo a esta bendita tierra de Colombia y a la Conferencia Episcopal de Colombia que abrió sus brazos para recibirme como un pastor pequeño del monte Líbano”.
El lunes 6 de febrero, el Excarca de los fieles Maronitas en Colombia alzó su voz por la voz de quienes están bajo los escombros en pleno invierno “gracias a la Conferencia Episcopal, a Pastoral Social -Cáritas Colombiana, a la Arquidiócesis de Bogotá y también a la organización llamada en español ‘Iglesia que Sufre’, aquí estamos. Estamos para responder al amor fraterno, a la solidaridad humana”.
Este ‘hijo del Oriente’ como él mismo se define, vivió gran parte de su vida en la guerra “hace 12 años empezó una guerra muy dura en Siria, no quiero entrar ni me interesa el tema político, pero sí me refiero a una zona que fue afectada, porque justamente Alepo está en la frontera con Edleb. Unos con el régimen y otros contra el régimen. Doce años de guerra quieren decir edificios bombardeados, muchas balas, mucha pobreza, mucho desorden, todo esto afecto demasiado el tema del terremoto. Apenas decíamos que pararon los bombardeos vino la Pandemia -con todo lo que trajo con ella durante casi un año y medio-, y apenas terminó la Pandemia, ¡nos viene un terremoto!”.
Alepo es la ciudad más poblada de Siria, es una ciudad muy antigua que recogió a muchos misioneros que contribuyeron en la difusión del mensaje que promueve la fe católica en el medio oriente. Esta ciudad desafortunadamente es una de las más afectadas según cita el Monseñor Fadi Bou Chebl “Quiero compartir algunas cifras que me llegaron de Alepo, sea del gobernador o sea del Obispo: hasta el domingo 19 de febrero, las víctimas llegaron a 1.414, los heridos a 2.357, los desaparecidos a más de 10, 54 edificios cayeron totalmente y 13.000 familias resultaron afectadas directamente en Alepo -sin hablar de Edleb y otros departamentos-; se abrieron 188 centros de acogida para recibir la gente afectada y hay casi 2.000 edificios afectados. También quiero decir que estamos en pleno invierno, es decir que hay nieve, vientos fríos, lluvia… como me dijo el Obispo Josef Tobaji, el que no murió bajo los escombros, está muriendo de frío y de hambre”.
Llegó el momento en que el amor nos llama para decirle ‘aquí estamos’. Ojalá que, si escuchamos la voz del Señor, no se endurezcan nuestros corazones. Hoy es el turno de Oriente. Nadie sabe en qué momento llega su turno. Y concluye el excarca con una sentida exhortación “que el Señor abra nuestros corazones y nuestros bolsillos, abra nuestras bocas y nuestros corazones para rezar, pues la gente que sufre necesita no solo, -aunque es necesario y urgente-, ayudas materiales, pero también mucha oración para que puedan superar el trauma que ha significado esta situación”.