La gestión del agua como bien común

22 Mar 2024

Hoy la Comunidad de tierra y territorio, del Secretariado Nacional de Pastoral social/ Cáritas colombiana, nos unimos a la celebración del día del agua, bien común y derecho fundamental.

La Tierra contiene unos 1.386 millones de kilómetros cúbicos de agua, sin embargo, nos enfrentamos a una crisis hídrica que se puede ver y sentir de muchas maneras. Las precipitaciones extremas sin precedentes han aumentado en todo el mundo, al igual que la frecuencia, duración e intensidad de las sequías. Se prevé que la crisis climática intensifique el ciclo mundial del agua y aumente aún más la frecuencia y la gravedad de las sequías e inundaciones. [1]  Ninguna de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS 6 (agua limpia y saneamiento) parece estar bien encaminada. En el año 2022, 2.200 millones de personas carecían de acceso a agua potable gestionada de forma segura. Cuatro de cada cinco personas que carecían de al menos servicios básicos de agua potable vivían en zonas rurales. La situación con respecto a la gestión segura del saneamiento sigue siendo grave, ya que 3.500 millones de personas en el mundo carecen de acceso a estos servicios.[2]

El agua es un bien común, cuya gestión adecuada contribuye al funcionamiento de los diversos biomas, los ciclos del agua y el clima, a la supervivencia y la salud de los seres humanos, al igual que la producción de alimentos, energía y muchos bienes de consumo.

El reconocimiento del agua como un bien común conlleva a considerarla como un patrimonio del planeta, que debe ser gestionado a partir de los criterios de solidaridad, cooperación mutua, acceso colectivo, equidad, control democrático y sustentabilidad, que son, a todas luces, incompatibles con cualquier aproximación mercantilista, y de oportunidad de negocio[3].

El Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 2024, publicado por la UNESCO, hoy 22 de marzo[4], destaca que las tensiones por el agua están exacerbando los conflictos en todo el mundo.

El cuidado de manantiales, de cuencas hidrográficas y de los mares como bien común, es un imperativo urgente. Se requieren acciones personales y comunes de respeto y caridad, decisiones y reglas concretas que contribuyan a promover y ejercer el derecho al agua[5]. Tener en cuenta “las ideas, los conocimientos, los saberes y las soluciones de los pueblos indígenas, los campesinos y las comunidades locales que entienden los ecosistemas acuáticos locales para garantizar la sustentabilidad.[6] Respondamos al llamado urgente del Papa Francisco de «un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos»[7].

Por: Bibiana Rodríguez Santos.


[1] https://www.unesco.org/reports/wwdr/en/2024

[2] Ibid

[3] https://www.ecologistasenaccion.org/22493/el-bien-comun-el-derecho-humano-al-agua-y-las-politicas-de-privatizacion/

[4] Informe mundial de naciones unidas https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000388952_spa

[5] Documento dicasterio Aqua Font vitae.

[6] Naciones unidas mirada global https://news.un.org/es/story/2023/03/1519562

[7] Laudato Si N° 14

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