La construcción de paz requiere espiritualidad
17/09/2020 El 2020 ha estado marcado por muchas dificultades sociales y económicas en todo el mundo, principalmente a causa de la pandemia por Covid-19, pero en Colombia, a todo esto se le suma una serie de hechos que han conmovido al país entero, se trata de los asesinatos que se han perpetrado en contra de líderes y lideresas sociales, campesinos, indígenas y jóvenes.
“Estamos viviendo un momento que no podemos olvidar porque es muy complejo. En toda la fase posterior a la firma de los Acuerdos de Paz, se han venido presentando movilizaciones y crímenes que han hecho de este, un momento difícil que nos pone enfrente unos retos muy importantes”, aseguró monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana – SNPS/CC.
Durante su intervención, realizada en el foro virtual “Víctimas, reconciliación y paz”, monseñor recordó su visita a Samaniego, Nariño, en donde tuvo la oportunidad de hablar con los integrantes del Consejo Territorial de Paz y conocer uno de sus mayores propósitos: acabar con la estigmatización existente hacia el municipio y sus habitantes.
“El tema de estigmatización es complejo en la sociedad colombiana, es difícil cuando hablamos de Política Pública de Paz, Reconciliación, Convivencia y No Estigmatización, por eso es algo a lo que le estamos apostando desde el Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia. Cuando se llega al estigma, y escuchando a ese líder comunitario de este municipio, uno se da cuenta que no se ha abarcado esto desde lo moral y local”, añadió monseñor Henao.
En un contexto de violencia se tiende a ver a los demás y a uno mismo a través de estigmas, dando calificativos, lecturas e interpretaciones erróneas, sin embargo, una de las poderosas formas de combatir este comportamiento es la espiritualidad, sanar las heridas profundas del ser desde la relación con Dios.
Para el director del SNPS/CC, “la estigmatización pasa por temas étnicos, raciales, clasistas y demás, incluso se tiende a crear imaginarios de las personas que han sido víctimas. Esto conlleva a bajos niveles de autoestima, poca relación comunitaria y familiar, ansiedad, depresiones, personas que viven en situaciones muy complejas, son personas que no se adaptan fácilmente a la realidad social”.
Durante décadas, la población colombiana ha tenido que lidiar con el estrés del conflicto armado y la angustia de no encontrar caminos que lleven a superar esas percepciones comunitarias negativas que impiden la reconciliación.
“La construcción de paz requiere de espiritualidad, ese es el valor nuestro cuando participamos como Iglesia en este contexto. El Estado te puede dar recursos y ayudar en muchas cosas, pero hay cosas irrecuperables que se tratan desde la espiritualidad, heridas muy profundas”, afirmó.
Para finalizar su intervención, monseñor Héctor Fabio Henao animó a no perder la esperanza: “hay muchas trampas en el camino, son como minas que buscan explotar la esperanza. El Papa Francisco nos decía que no nos dejáramos perder la alegría y esperanza. Se requiere mucha fuerza para vencer las estigmatizaciones, esas que cierra la posibilidad de reconciliación”.