Población afectada
La violación de derechos se sigue presentando en los territorios, durante la última semana se han reportado el asesinato y atentados hacia líderes y lideresas sociales en Puerto Libertador, Córdoba; Algeciras, Huila; Chitagá, Norte de Santander y en Buenos Aires y Corinto, en el Cauca. Así mismo, se identifica que la población migrante y refugiada ha sido gravemente afectada tanto a nivel socioeconómico, como psicosocial. Además de ello, no cuenta con condiciones para garantizar el autoaislamiento y las medidas de higiene para la prevención del contagio del Covid-19, muchos de ellos se han visto obligados a salir a buscar ingresos para satisfacer sus necesidades básicas, 42% de los migrantes venezolanos manifiestan haber perdido su empleo a causa de la emergencia sanitaria.
Se registran dificultades para garantizar la alimentación y se han disparado los desalojos masivos a las familias migrantes y refugiadas al no poder cumplir con los pagos de deudas de arrendamiento. La situación también ha implicado un aumento del riesgo de exposición a trata, tráfico y violencia sexual. En el documento de actualización semanal del Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM) con fechas 26 de mayo a 2 de junio se identificó como la población que se encuentra en mayor riesgo a las personas en tránsito, a las personas en situación de calle, a las personas con situación médica crítica o crónica, a quienes han perdido sus fuentes de ingresos y a grupos indígenas en puntos fronterizos.
Ahora bien, a nivel psicosocial, desde el Programa de acciones de protección a favor a favor de solicitantes de asilo, refugiados, migrantes, apátridas y personas en necesidad de protección internacional del SNPS-CC se ha identificado un aumento de remisiones para acompañamiento. Algunas enfermedades crónicas, previas al aislamiento por COVID-19, han culminado en pérdidas familiares que sumadas al estado de cuarentena dificultan los procesos de elaboración del duelo. Los problemas prexistentes a la pandemia emergen a medida que el aislamiento social se extiende. Los problemas que se han identificado como los más relevantes son: 1) revivir experiencias traumáticas tempranas, 2) hiperreflexividad y 3) dificultades en la convivencia con vecinos y/o miembros del hogar. Es importante orientar cada caso desde la escucha particular, con el objetivo de restablecer el vínculo social y permitir que la experiencia individual se sobreponga al denominador común del aislamiento. De esta manera, la atención se humaniza desde el reconocimiento de la dignidad de cada persona en su singularidad.