“Compitan en estimarse recíprocamente, dejando que los conflictos lleven al debate, al crecimiento, y no a la división” Papa Francisco.
El pasado 11 de mayo, el Papa Francisco, recibió, en la sala Clementina, en audiencia privada, a los integrantes de la familia de Cáritas Internationalis, convocados en la Ciudad del Vaticano para su vigesimosegunda Asamblea.
Cáritas Colombiana contó con la participación del presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Soacha, y del padre Rafael Castillo Torres director del SNPS. En este encuentro sinodal y de profunda reflexión y discernimiento, el Santo Padre acogió a los 400 representantes de las 162 Cáritas presentes y que hoy constituyen el pilar de la misión social de la iglesia.
Significativa fue la remembranza hecha por el Papa Francisco de la solicitud con que el Papa Pio XII, tras la Segunda Guerra Mundial, visionó el nacimiento de un órgano eclesial que sumara y coordinara esfuerzos para sobrellevar el impacto que aquella guerra había dejado en la humanidad.
Esa iniciativa acertada del Papa Pio XII sigue siendo, hoy, expresión de la misión de la Iglesia en la búsqueda de la justicia social a través del trabajo que realizan en todo el mundo, cientos de pastorales que sirven en medio del conflicto, la crisis migratoria y la desigualdad.
Desde Cáritas colombiana acogemos la exhortación que nos hace el Papa cuando nos dijo: “Es importante volver a la fuente —el amor de Dios por nosotros—, porque la identidad de Caritas Internationalis depende directamente de la misión que ha recibido. Lo que la distingue de otros organismos que trabajan en el ámbito social es su vocación eclesial y, en el seno de la Iglesia, lo que especifica su servicio respecto a las numerosas instituciones y asociaciones eclesiales dedicadas a la caridad es la tarea de ayudar y colaborar con los obispos en el ejercicio de la caridad pastoral, en comunión con la Sede Apostólica y en sintonía con el Magisterio de la Iglesia. Les agradezco el trabajo que están desarrollando sobre la asociación y la cooperación fraterna, como pilares de la identidad católica de Cáritas, y los exhorto a seguir adelante en este camino”.
Quienes hemos venido de muchas partes del mundo para participar de esta Asamblea, somos conscientes de que, en este viaje novedoso, de Cáritas Internationalis, hay nuevas coordenadas que resaltar porque orientan su futuro inmediato. Coordenadas que han de ser conocidas, apropiadas e interiorizadas. Los viajes que vienen para las Cáritas de todo el mundo, serán viajes más complejos y difíciles, pero también viajes más efectivos y eficaces. Somos conscientes de que, en esta hora, podemos perdernos en un mapa que está en permanente construcción. De ahí el reto que tenemos todas las Cáritas de aprender a identificar, comprender y relacionar “altitudes y longitudes” que, al cruzarlas adecuadamente, nos permitirán llegar al sueño propuesto por el Papa Francisco al dar apertura a la Asamblea: “El amor nos hace abrir los ojos, ampliar la mirada, nos permite reconocer en el extraño que cruzamos en nuestro camino el rostro de un hermano, con un nombre, con una historia, con un drama ante el cual no podemos permanecer indiferentes. A la luz del amor de Dios, la fisonomía del otro emerge desde la sombra, sale de la insignificancia y adquiere valor, relevancia. Las carencias del prójimo nos interpelan, nos incomodan, nos piden que asumamos el reto de hacernos responsables. Y es siempre a la luz del amor que encontramos la fuerza y la valentía de responder al mal que oprime al otro; de responder en primera persona, dando la cara, poniendo el corazón, arremangándonos. El amor de Dios nos hace percibir el peso de la humanidad del otro como «un yugo suave y una carga liviana» (Mt 11,30). Nos lleva a sentir como propias las heridas que contemplamos en su cuerpo y nos llama a derramar el óleo de la fraternidad sobre las llagas invisibles que leemos en la filigrana del alma de los demás”.
Estas palabras del santo padre, nos han animado a caminar esperanzados. A sacar nuestro gusto por la vida plena y abundante como lo enseña el Dicasterio para Servicio al Desarrollo Humano Integral; a fortalecer el entramado de presencias vitales que han marcado el rumbo de Cáritas Internationalis, alimentando la llamita de la más pequeña de las tres hermanas virtudes, la pequeña esperanza, que suele ir bailando entre sus dos hermanas mayores, la fe y la caridad, conduciendolas de la mano.