Diócesis de Duitama – Sogamoso: “vivamos para servir”
La Diócesis de Duitama-Sogamoso se mantiene permanentemente activa para brindar ayuda a las personas más necesitadas desde cada una de las parroquias, desarrollar acciones de formación humana y realizar acompañamiento espiritual a las personas.
En la actual coyuntura la acción de la Pastoral Social en la Diócesis se ha centrado en la ayuda humanitaria, es decir, en conseguir mercados, medicamentos y ayudas para las personas con más necesidad. Se han realizado alianzas con algunas instituciones y movimientos apostólicos como La renovación carismática, quienes se han movilizado para conseguir bonos y mercados para la comunidad. En medio de la crisis nació la campaña “Vivamos para servir”, la cual busca concientizar a las personas, instituciones y empresas que puedan ayudar con donaciones en especie o dinero, para atender a los más necesitados de la Diócesis.
El Padre Edwin Said González Pérez, delegado Diocesano de la Pastoral Social, afirma que esta campaña y todas las acciones de Pastoral Social, se desarrollan con la idea de mostrar la parte caritativa de la iglesia, mostrar que su misión es evangelizar, pero también preocuparse y buscar la manera de ayudar en las necesidades básicas de las personas, en este momento en el que el gobierno y las instituciones públicas no dan abasto. Es por ello que la iglesia también busca la manera de gestionar, de buscar, de tocar corazones generosos para que ayuden, sin el ánimo de buscar protagonismo. “Se les entrega, se les hace llegar a sus casas, se buscan las personas para ayudarlas, pero practicando literalmente el evangelio, lo que hace una mano que no lo sepa la otra y ese ha sido como nuestro principio para nuestra labor aquí en nuestra Diócesis”, cuenta el Padre Edwin.
Las actividades iniciaron desde el momento en el que empezó la cuarentena, cuando apareció la necesidad de personas vulnerables: vendedores ambulantes, personas que dependen de un negocio o alguna actividad comercial, en el momento en el que se cerró todo, el nivel de vulnerabilidad aumentó. La ayuda también se ha brindado a personas de la tercera edad, ancianatos e instituciones dedicadas al servicio, la campaña ha tenido un desarrollo fundamental en las dos ciudades principales: Duitama y Sogamoso.
Estas acciones también han sido apoyadas por algunos movimientos apostólicos de las parroquias, y cada una de las parroquias de la Diócesis, aunque no han contado con ayuda directa de establecimientos. El banco de alimentos de Tunja, junto con el delegado de Pastoral Social de la Arquidiócesis de Tunja les han remitido algunas donaciones de empresas como Postobón, Bavaria y El Corral.
Otra iniciativa que se creó a partir de la emergencia son las “Líneas de escucha”, este es un trabajo colaborativo con todos los sacerdotes de la Diócesis, durante el día cada dos horas hay un sacerdote que está disponible con un número de teléfono que es proporcionado en las redes sociales. En cada lugar y parroquia se publica la lista con el horario en el que cada sacerdote está atendiendo y por medio de esta herramienta se brinda el acompañamiento espiritual.
La Diócesis se ha esforzado en seguir las instrucciones de no tener contacto directo con las personas, por eso se realiza a nivel telefónico y se lleva un control de este acompañamiento para las personas, especialmente las que están pasando por momentos muy difíciles.
El mensaje del Padre Edwin González es un llamado a la mantener la esperanza en medio de la crisis: “debemos saber afrontar esta situación, saber sacarle el mayor provecho, sabemos todos que es algo difícil, algo que nos cambió literalmente nuestra vida, nuestra forma de vivir, de existir en este mundo, pero tenemos que llenarnos de mucha fe, de confianza en Dios porque ciertamente es algo muy difícil, pero es algo que no va a ser eterno, que está en este momento pero mañana seguramente y confiando en Dios ya no va a estar. Entonces, nuestra vida sigue si es la voluntad de Dios, nosotros también debemos llenarnos de ánimo, llenarnos de confianza para continuar el camino en el que Dios nos ha puesto a cada uno de nosotros. De la mano de Dios podremos salir de esta dificultad sin agachar la cabeza, sino siempre mirando al Señor, de frente, mirando al cielo que es hacia dónde vamos todos, mirando esa esperanza cristiana que es la que nos fortalece y nos acompaña en este momento”.