Asistencia alimentaria humanitaria a migrantes venezolanos y colombianos en condición de vulnerabilidad
23/09/2020 Brindar asistencia alimentaria a migrantes venezonalos con propósito de permanencia y a colombianos en condiciones de vulnerabilidad en los municipios de Cúcuta y Villa del Rosario, brindando información para la promoción de prácticas de higiene y prevención del Covid-19, es el propósito que ha unido a Cáritas Polonia y Jerónimo Martins Colombia / Tiendas Ara en el norte del país.
El proyecto, ejecutado por la Diócesis y el Banco Diocesano de Alimentos del Cúcuta, ha realizado desde su inicio el 29 de mayo de 2020, la entrega de 4.600 canastas alimentarias, además de ofrecer charlas informativas para la promoción de prácticas de higiene, donde se ha entregado también material visual para prevenir enfermedades contagiosas como el Covid-19 y enfermedades diarreicas.
“Al mes de agosto se había beneficiado un total de 575 familias y 2.071 personas con canastas alimentarias quincenales que cumplen con las normas, con lo que se logró un impacto positivo en el mejoramiento de sus condiciones alimentarias. Estas mismas personas recibieron información para la promoción de prácticas de higiene, algo que ha incrementado en el nivel de conciencia social frente a este tema”, aseguró Óscar David Guerrero, especialista del Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana – SNPS/CC.
Bajo el cobijo del verbo proteger, este proyecto no solo ha contribuido a mejorar las condiciones de vida de las personas migrantes y colombianos vulnerables durante su camino, sino a visibilizar la importancia de proporcionar protección a nuestros hermanos venezolanos y compatriotas que, por diferentes situaciones, han tomado la decisión de emprender un nuevo rumbo en un lugar diferente al de su origen.
La Pastoral Social continuará con el objetivo de llegar a las realidades y corazones de más familias que, con gratitud, reciben canastas alimentarias y material informativo para cuidar su salud durante esta pandemia que nos afecta a todos, pero más a quienes son vulnerables.
En el rostro del migrante vemos reflejado el rostro de Cristo.