Arquidiócesis de Popayán, una esperanza para el departamento del Cauca
La Arquidiócesis de Popayán cuenta con cinco acciones permanentes que se desarrollan en el territorio por medio de la Pastoral Social: formación en la doctrina social de la Iglesia a los agentes de Pastoral de cada una de las parroquias, asistencia alimentaria y formación espiritual en algunos asentamientos de Popayán, así como trabajo psicosocial con las familias, especialmente con los jóvenes y los niños. Apoyo en alimento y vestido a población migrante, especialmente venezolanos por medio de comedores comunitarios donde diariamente se les ofrecía al menos el almuerzo y en algunos casos, hospedaje para que puedan descansar, recobrar fuerzas y continuar su camino, o apoyo económico para transporte con el fin de que puedan llegar a su destino, por último, puntos fijos de brigadas de salud y atención a población habitante de calle.
Con la llegada del Covid-19 y como resultado de una emergencia sanitaria, las acciones se han centrado especialmente en la atención alimentaria en cada una de las 92 parroquias que hacen parte de la jurisdicción eclesiástica, procurando llegar a los más vulnerables en el departamento del Cauca y, al mismo tiempo, despertar la solidaridad de la población sin ninguna distinción, de tal manera que juntos puedan salir adelante y superar, entre otras cosas y principalmente, el hambre que los aqueja.
“La iglesia concretamente lo hace porque se apoya en las enseñanzas del maestro, Jesús quiere prolongar su acción misericordiosa y la Iglesia, igual que Cristo, es sensible al dolor humano y busca con prontitud responder de una manera eficaz ante las necesidades. Nuestro Cauca, sabemos muy bien, ha sido bastante olvidada y se le ha visto sólo como escenario de violencia, de narcotráfico, de muerte y a pesar de todo, la Iglesia sigue presente, haciendo historia con su pueblo, comprometida con el dolor de sus hermanos y en la base de todo está el amor” afirma el Padre Juan Diego Colorado, director de la Pastoral Social de Popayán.
Entonces, aunque la Arquidiócesis siempre ha realizado acciones con enfoque social, en medio de la pandemia ha tenido que asumir el reto de escuchar y atender el clamor de la población, que cada vez es más fuerte, pues en medio del confinamiento crece la necesidad de quienes perdieron su empleo o tuvieron que cerrar su fuente de ingreso. Para ello han ejecutado varias campañas de ayuda solidaria que se han encargado de difundir por medio de redes sociales y el voz a voz, asimismo, la construcción de una base de datos con la información proporcionada por los párrocos y que les ha permitido ejercer la caridad de una manera más organizada.
Las ayudas son entregadas por los sacerdotes puerta a puerta para evitar aglomeraciones, también se brinda apoyo a distintas instituciones, organizaciones y fundaciones. El padre Juan Diego asegura que, sin duda los lugares que han privilegiado son aquellos donde el nivel de vulnerabilidad es más alto.
Estas acciones han sido posibles gracias a los 92 agentes de Pastoral a lo largo de la jurisdicción, religiosas, religiosos, laicos comprometidos con lo social y voluntarios, en ese mismo sentido, se han articulado con los Banco de Alimentos de Cali y Bogotá, el Ejército Nacional, la Cruz Roja y la Renovación Carismática Católica, parte fundamental de este trabajo han sido los líderes y lideresas de cada una de las comunidades, un trabajo conjunto que ha permitido fortalecer la esperanza.
El acompañamiento espiritual se ha realizado por medio de las redes sociales y la página web de la Arquidiócesis a través de mensajes de esperanza y aliento, pero también con programas de formación por medio de iniciativas como “Tu párroco en casa” y “Un lugar para Dios en casa”, adicional a las transmisiones permanentes de los sacramentos, acciones litúrgicas y especialmente la eucaristía.
El Padre Juan Diego hace un llamado a la solidaridad: “Quiero decirles que sean valientes, que tengan ánimo, que sepamos esperar en el Señor, porque la esperanza en Dios no nos defrauda, estemos atentos a las orientaciones de las autoridades civiles y eclesiásticas. Pronto estaremos juntos compartiendo la vida, cuidémonos y ayudemos a que otros también se cuiden, actuando con responsabilidad, cumpliendo con las normas de bioseguridad, que este sea un tiempo para despertar en nosotros la solidaridad y el compartir con los más necesitados, sumemos fuerzas y generemos entre todos un gran río de generosidad, Jesús miró a la multitud hambrienta y dijo “denles ustedes de comer”, escuchemos hoy nuevamente este mandato del Señor y además de dar de comer al hambriento también démosle esperanza”.