Arquidiócesis de Medellín: “ponernos en los zapatos del otro, del que sufre”
La caridad no se detiene y, mucho menos, en estos tiempos de pandemia que han resultado difíciles para todos y todas. La Arquidiócesis de Medellín, por medio del Secretariado Diocesano de Pastoral Social, ha buscado la manera de seguir apoyando a los más necesitados, es por eso que intensificó la ayuda que se brinda a través del Hogar Monseñor Valerio Jiménez y del Banco de Alimentos.
La Pastoral Social de Medellín está compuesta por tres delegaciones: la de Cáritas, encargada de la parte administrativa, gestión de proyectos y coordinación del trabajo de la Pastoral Social; la Delegación de Vida, Justicia y Paz, encargada de trabajar por trasformar la sociedad por medio del evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia; y la Delegación para el Servicio de la Caridad, encargada de hacer palpable la caridad con las personas vulnerables.
Asimismo, cuenta con tres asesorías: la Pastoral Penitenciaria, que se encarga de atender pastoralmente las cárceles que se encuentran ubicadas en territorio de la Arquidiócesis; la Pastoral de Sordos y la Pastoral de la Salud, esta última se encarga de atender tanto a los enfermos como a quienes los cuidan.
Antes de iniciar la crisis a causa de la emergencia sanitaria, esta jurisdicción eclesiástica lideraba programas específicos en favor de la comunidad, tales como la formación en incidencia sociopolítica, la Escuela de Derechos Humanos, el hogar Monseñor Valerio Jiménez, el programa ‘Servidores de paz’, las casas de acogidas para niños, niñas y adolescentes y el programa ‘Artesanos del perdón, la reconciliación y la paz’, además de brindar acompañamiento a víctimas del conflicto armado.
La Iglesia nunca será indiferente al dolor del hermano, por eso, “durante este tiempo ha nacido, viendo la necesidad, un restaurante donde damos el almuerzo a casi 50 personas que estaban pasando por momentos difíciles, a ellos se les acompaña con ayuda del Banco de Alimentos. Por las medidas de bioseguridad del aislamiento preventivo, entregamos la comida en portacomidas para que ellos vayan a sus casas con alimentos. Esta iniciativa nació hace como dos meses”, asegura el padre Samuel Ignacio Gálvez Osorio, delegado para la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Medellín.
Cada una de esas actividades se realiza con el objetivo de contribuir en la transformación del ser humano por medio del acompañamiento pastoral y así poder ayudar, aportar y fortalecer a las familias y personas más vulnerables de esta jurisdicción eclesiástica.
Para el padre Gálvez, “ha sido muy difícil el tema de no podernos encontrar en grandes grupos o encontrarnos con el otro, pero hemos tratado de estar cerca de nuestra gente por medio de transmisiones y mensajes en distintas plataformas. Queremos fortalecerlos en la parte espiritual y seguirlos animando ante esta situación difícil para todos. Tratamos de acortar la distancia física por medio de los medios de comunicación como radio, TV y redes sociales”.
Con ayuda de voluntarios, párrocos, empresas privadas, el Banco de Alimentos y algunas instituciones, la Arquidiócesis han logrado entregar ayudas a las comunidades o familias más necesitadas y, asimismo, llevarle a todos mensajes de esperanza ante la crisis.
“En este momento de crisis y tan difícil, donde tenemos más preguntas que respuestas, tenemos que poner nuestra mirada en el Señor. No dejarnos robar la esperanza ni quitar la alegría, sino que, a pesar de los momentos complicados, pongamos la confianza en el Señor, Él no nos deja solos. En medio de la barca que se mueve por la tormenta, sabemos que el Señor está con nosotros. Él será quien nos sostenga y nos ayude a hacer lo mejor que tengamos que hacer. Ser obediente a las autoridades, no ser indiferente ante el hermano que sufre y no quedarnos en nuestra zona de confort. Es el momento de la solidaridad y ponernos en los zapatos de los que sufren. Dios les bendiga”, es el mensaje que el director de la Pastoral Social de Medellín le deja a todos y todas.