Arquidiócesis de Barranquilla: los templos están cerrados, pero los corazones no
En las diferentes Arquidiócesis, Diócesis y Vicariatos a nivel nacional, se lideran acciones en beneficio de quienes más lo necesitan, en este caso, la Arquidiócesis de Barranquilla y su Pastoral Social, trabajan en conjunto para llevar alimento y productos de aseo a cientos de personas.
La Arquidiócesis de Barranquilla se ha destacado en la región por sus acciones evangelizadoras, a través de la reconstrucción del tejido social, la edificación de templos espirituales y físicos, el acompañamiento en la solución de los problemas esenciales de los más vulnerables y la formación catequética de los fieles y en esta oportunidad, promueve y lidera acciones solidarias y caritativas para los menos favorecidos, producto de la emergencia sanitaria que atraviesa el país.
“Desde nuestra arquidiócesis, preocupados por la situación actual de las dinámicas restrictivas adoptadas por el Gobierno Nacional, en el marco de la emergencia sanitaria declarada en Colombia que nos llama a quedarnos en casa y pensando en los más pobres, hemos decidido esta campaña para mitigar las necesidades básicas con el fin de minimizar el impacto de su economía familiar”, asegura el arzobispo de Barranquilla, Monseñor Pablo Salas Anteliz.
La Arquidiócesis de Barranquilla junto con el Secretariado Diocesano de Pastoral Social, promueven la Campaña “Así damos la Mano: Los templos están cerrados, pero los corazones no”, con la que se han apoyado de manera fraterna a los adultos mayores, familias vulnerables y comunidades de escasos recursos. La campaña incentiva la donación de productos alimentarios no perecederos, de aseo y/o dinero, para hacer entrega de paquetes alimentarios y kits de aseo, en estos tiempos de contingencia.
Desde el mes de marzo, el Secretariado de Pastoral Social en conjunto con algunas empresas donantes, han entregado un promedio de 3.400 paquetes alimentarios, en el marco de la campaña. Los beneficiarios pertenecen a organizaciones de base registradas y/o personas naturales con necesidad.
“Nos dimos cuenta que además de la población que ya tenemos focalizada como personas en condición de vulnerabilidad, incluidas familias, fundaciones, comedores infantiles y de adulto mayor, población migrante y habitantes de calle, muchas otras familias en el departamento del Atlántico que viven del día a día, como vendedores ambulantes, mototaxistas, manicuristas, entre otras, se encontrarían en una grave situación económica al no poder desempeñar su actividad comercial”, asegura Dilia Romero Prada, comunicadora de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Barranquilla.
La distribución de dichas entregas se ha realizado en Barranquilla, en el Barrio El Ferry, en la Red Hospitalaria (Mi RED), a través del Banco de Alimentos de Barranquilla, Instituciones Educativas como el Colegio Juan Mina y en el Municipio de Soledad, entre otros.
Para que la campaña logre este impacto, ha sido fundamental la colaboración del personal de la Arquidiócesis, parroquias, voluntarios, movimientos, asociaciones, personas naturales de gran corazón, entidades como La Alcaldía Distrital de Barranquilla, El Banco Arquidiocesano de Alimentos de Barranquilla, la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia- ABACO y varias entidades comerciales también que se han unido a esta causa.
El mensaje que Monseñor Pablo Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, nos comparte, es: “quiero hacerles llegar mi cercanía en estos momentos, en las circunstancias en las que cada uno esté viviendo este tiempo, mi palabra de esperanza, mi palabra cercana, mi palabra de Pastor”, menciona, “Que esta presencia y esta certeza del Señor vivo nos anime, nos entusiasme a pesar de las concretas circunstancias por donde cada uno está pasando. Levantemos el corazón, levantemos nuestra mirada, levantemos nuestro ánimo, levantemos nuestra confianza en el Señor y nos ayudemos con la oración, los unos a los otros”.