Cuidado de los territorios rurales desde valores éticos

23 Feb 2021

Cuidado de los territorios rurales desde valores éticos

23/02/2021

Comunidad humana y mundo rural: una relación necesariamente sustentada por valores éticos es el artículo de la revista Ecclesia en la que Fernando Chica Arellano, observador permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMS, explica la importancia del fundamento ético en las relaciones humanas, pues cuando este se desvanece, la buena relación se trunca y se originan desequilibrios tanto en el territorio como en las comunidades.

En el documento, el autor asegura que, sin la permanencia de los valores éticos en el quehacer humano a la hora de manejar los recursos naturales, las consecuencias serían negativas. “Convencidos de la dignidad de la persona y asumiendo el llamado a la fraternidad universal, podemos «soñar y pensar en otra humanidad. Es posible anhelar un planeta que asegure tierra, techo y trabajo para todos» (FT, 127)”.

Para una mejor reflexión y una conclusión más profunda, Fernando Chica aborda este tema desde tres apartados:

1.¿Son los territorios rurales protagonistas esenciales en nuestro mundo?

En este se hace una rápida presentación de algunas claves que perfilan la significación de los territorios rurales en nuestro mundo actual y se tienen en cuenta algunos datos ofrecidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“La realidad de un mundo industrializado y el enorme peso de la población urbana han enmascarado esa otra realidad que, sin embargo, está ahí y, paradójicamente, resulta esencial para la primera. El mundo rural sigue siendo la pieza clave que ha hecho posible, y lo sigue haciendo, el sostenimiento de los ámbitos urbanos donde sociedades terciarizadas se afianzan y, al contrario de lo que pasa en los territorios rurales, muestran signos de evidente vitalidad”, asegura el autor.

2.Los territorios rurales: una creación de la comunidad humana

Aquí se abordan dos conceptos básicos sobre los procesos activos de uso de recursos naturales en el mundo rural que terminan por crear organismos productores de bienes.

Según Fernando Chica, “Desde el primer momento en que la comunidad humana se asienta sobre un territorio crea necesariamente lazos con él. Entabla una relación compleja que se manifiesta en una doble cara: la del beneficio que el hombre obtiene para hacer posible su supervivencia y la del sello que imprime en el medio al intervenir sobre él”.

3. El fundamento ético de la sostenibilidad en los territorios rurales

En este último apartado, el autor reflexiona sobre la necesaria condición derivada de aquella operatividad y funcionalidad que se dan de los organismos productores de bienes, es decir, la sostenibilidad como la expresión más evidente de un obrar ético.

“Hace ya mucho tiempo que la condición de sostenible se ha vuelto exigible por parte de las instituciones públicas a cualquiera de las acciones que la comunidad humana emprenda en su relación con los recursos naturales; ahí están los programas diseñados a tal fin por los gobiernos y los múltiples foros internacionales que abogan por ello, entre los que descuella la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, consensuada por la comunidad internacional como plan de acción a favor del progreso de las personas y del planeta”, afirma el observador permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMS.

Como parte de la conclusión, el autor incita a pensar conjuntamente si lo ético, que debe animar toda acción humana, puede obviarse o si por le contrario, debe fortalecerse y convertirse en eso que nos oriente sobre la bondad o mandad de la relación de las comunidades con el entorno en el que se vive.

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