El SNPS/CC construye paz a través del diálogo en comunidades afectadas por el conflicto armado
Colombia ha vivido por más de medio siglo el conflicto armado, miles de comunidades se han visto afectadas por la violencia y muchas de ellas luchan por cambiar su historia y crear un futuro deseado, no solo para ellos sino para las generaciones futuras.
Después de la firma del acuerdo de paz, la Iglesia Católica a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana, trabaja incansablemente para que las comunidades puedan crear espacios en los que dialoguen y den el paso a la reconciliación y a la creación de territorios libres de violencia con miras al desarrollo socioeconómico.
Bibiana Rodríguez, especialista del SNPS/CC, trabaja con comunidades que han vivido de cerca la guerra y que, con los años, han entendido que la mejor forma de cambiar la historia es crear objetivos comunitarios que juntos puedan alcanzar. Cuando todos trabajan por un beneficio en común se hace más fácil la reconciliación.
La especialista Rodríguez explica que, para hacer un buen trabajo con las comunidades, los proyectos se basan en tres pilares fundamentales. “El primero es la dignidad y el reconocimiento humano, reconocemos la humanidad que habita en la otra persona; el segundo es la transformación política, económica, social y cultural a través de la solidaridad y la participación activa y responsable, acompañamos a las comunidades para que sean promovidas como protagonistas de su propio proceso de transformación y se conviertan en agentes de cambios. En el tercer pilar tenemos la construcción de una sociedad justa, solidaria y en paz donde se promueve iniciativas de desarrollo comunitario que permiten avanzar hacia el futuro deseado que ellos sueñan”.
La transformación social es un proceso que se da por etapas, la experiencia ha demostrado que los cambios deben implementarse por fases para que sean adoptados favorablemente.
“Nosotros lo que hacemos es generar confianza en esas comunidades a través de las jurisdicciones eclesiásticas que nos acompañan y nos relacionan con ellas para implementar las actividades que ellos mismo proponen, como las ollas comunitarias o las mingas, poco a poco van entendiendo que es un proceso de responsabilidad. A partir de eso nosotros vamos creando ese futuro deseado de la comunidad donde ellos empiezan a soñar y ver las posibles soluciones”, explica Bibiana Rodríguez, especialista del SNPS/CC.
Así mismo, este trabajo comunitario va enfocado a la economía de paz, un trabajo en equipo en el que los integrantes de las comunidades se plantean objetivos en común para generar ingresos económicos, oportunidades de cambio y transformación social.
“La economía de paz no es solo una economía que contribuye a la generación de ingresos, sino una economía que contribuye también al ejercicio de reflexión a las comunidades sobre la fe, la esperanza y sobre el aporte que hacen las comunidades para la paz, porque hablar de economías de paz, no es hablar solamente sobre un ejercicio de la legalidad, aunque es importarte, no es lo único”, explica Iván Camilo Vargas, especialista del Secretariado Nacional de Pastoral Social/Cáritas Colombiana.
Es importante que las comunidades comprendan que las economías de paz deben ser economías de transición, que transformen esas comunidades que han vivido por años en conflicto, que cada acción encamine a la paz.
“Lo hacemos a través de unos modelos productivos que son parte de iniciativas productivas contextualizadas, no iniciativas que surgen desde del escenario nacional de forma genérica, como en muchos casos. Los programas nacionales de sustitución los reflexionamos y dialogamos con las comunidades, hablamos sobre cuáles son los mejores proyectos que pueden generar, tanto ingresos, como contribuir a una reflexión sobre el arraigo y la identidad local”, añade el especialista, Iván Camilo Vargas.
Es decir, las comunidades deben sentarse, dialogar y evaluar sus ventajas, desventajas, fortalezas y oportunidades para que tomen la mejor decisión sobre su futuro social y económico. Además, necesitan programas que estén enfocados a satisfacer sus necesidades y no programas genéricos que en muchas ocasiones no dan buenos resultados.
“Nosotros intentamos promover proyectos productivos diversos, que generen varias fuentes de ingreso, lo que llamamos economías solidarias y asociativas, las asociaciones productivas generan más beneficios para los territorios”, concluye el especialista, Iván Camilo Vargas.
La paz y la reconciliación se consiguen trabajando en equipo. No es fácil restaurar la paz en territorios que han vivido por décadas inmersos en la violencia, pero tantos años de guerra han dejado claro que el único camino viable para la reconciliación es el diálogo.