Diócesis de Valledupar: unidos por los más necesitados
Desde hace varios años, la Diócesis de Valledupar, por medio del Secretariado Diocesano de Pastoral Social, realiza acompañamiento a comunidades campesinas, afrodescendientes y de mujeres con el fin de mejorar sus condiciones de vida, el fortalecimiento asociativo y la sanación del tejido social; también brinda acompañamiento a niños de sectores vulnerables usando el futbol como herramienta pedagógica y atención a jóvenes que pertenecen al sistema de responsabilidad penal; fomenta la labor del Banco de Alimentos para potenciar la solidaridad empresarial y evitar el desperdicio de comida; asimismo, la Pastoral Social trabaja en ambientes de construcción de paz y reconciliación.
Sin embargo, desde que inició la emergencia sanitaria a causa del Covid 19, más allá de respetar y tomar las medidas de protección indicadas por los gobiernos locales, departamentales y Nacional, desde el 20 de marzo la Diócesis ha ajustado las acciones que desarrolla con los más necesitados, por ejemplo, brindar acompañamiento a las personas enfermas y al personal sanitario.
“Los sacerdotes no han dejado de ir a las clínicas a visitar los enfermos, se han hecho cercanos a los médicos y enfermeras para animarles y consolarles. Con recursos propios de la Diócesis se han suministrado alimentos a las parroquias más pobres. Los Párrocos de los sectores más vulnerables de la Diócesis, que conocen las familias más necesitadas, han sido muy oportunos en repartir estas ayudas”, asegura el padre Jesús Alberto Torres Ariza, director del Secretariado Diocesano de Pastoral Social.
Estas acciones se han podido llevar a cabo gracias a la colaboración y solidaridad de personas, entidades y empresas privadas, que han atendido al llamado de solidaridad que la Diócesis ha transmitido por medios y redes sociales. Estas personas no solo han hecho llegar alimentos o han dado sus donaciones a través de los canales bancarios, sino que también hay quienes se han vinculado como voluntarios.
Para el padre Jesús Torres, “el principal objetivo es hacer extensivo el reino del amor, justicia y paz; expresar a los pobres de este mundo que Cristo es la salvación, que su misericordia es infinita y que en su encarnación se hizo partícipe de la miseria humana; mostrar la compasión de Jesús ante toda miseria humana, que se arrodilla ante el sufrimiento del hombre y da alivia a todas sus penas; asumir el mandato misionero de ‘ir a todos los Pueblos’ con la buena noticia de la salvación; servir al hombre a la manera de Cristo y, corresponder con generosidad, a la invitación que nos hace de hacernos partícipes de su misión”.
Gracias al apoyo de agentes de la pastoral social diocesana y parroquiales, transportadores, trabajadores de la Alcaldía de Valledupar, donantes anónimos, ciudadanía en general, ABACO y empresas privadas, se ha podido llegar a todas las parroquias de la Diócesis, especialmente a las más vulnerables. “Cada semana iniciamos con nuestras bodegas vacías pero la Divina Providencia no se deja ganar en generosidad proveyendo ayudas de distinto orden. En nuestras parroquias hay barrios, corregimientos, veredas; son de ciudad, grandes pueblos o rurales”, asegura el director de la Pastoral Social.
A pesar de las dificultades que se afrontan por la pandemia, la Diócesis de Valledupar continúa celebrando la Santa Eucaristía por medios digitales. Los sacerdotes han asumido el reto de las redes sociales para trasmitir los actos de oración y culto de cada día, en especial del Domingo. También se han abierto espacios de consejería espiritual.
“El Señor resucitado no abandona a su pueblo. No estamos solos en el camino de la vida, ni estamos desamparados en esta pandemia que vivimos. Alegres caminemos en la esperanza, sintamos la presencia amorosa del Señor y que la fe nos levante en los momentos de desánimo. Que María, la Madre del Amor Hermoso, sea nuestro consuelo en la aflicción. El Señor Jesús libera y salva, del mal saca el bien” es el mensaje que el padre Jesús Torres envía a todos, en estos momentos de crisis.