Sensibilización contra minas antipersonal, un trabajo que realiza el SNPS/CC

4 Abr 2020

Sensibilización contra minas antipersonal, un trabajo que realiza el SNPS/CC

Cada 4 de abril se conmemora el Día Internacional para la Sensibilización contra las Minas Antipersonal, un día en el que las organizaciones que desarrollan actividades de educación en el riesgo de minas antipersonal hacen un mayor esfuerzo para poner de manifiesto y en la agenda pública, la problemática que afecta de diferentes formas a las comunidades y que, en muchas ocasiones, pasan desapercibidas frente a otros hechos victimizantes.

La labor pastoral de la Iglesia permite llegar a comunidades donde otras organizaciones tienen acceso restringido. La confianza en la iglesia, su papel neutral, junto a una metodología propia y de gran trayectoria humanitaria le dan bases para desarrollar una labor que impacta positivamente en la vida de las comunidades y personas afectadas por este tipo de artefactos explosivos.

Por eso, el Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana, viene implementando hace 12 años el proyecto “Acción Integral Contra Minas Antipersonal desde un Enfoque Comunitario en los Departamentos de Nariño, Caquetá y Chocó”, con el cual, se busca reducir el riesgo por la presencia o sospecha de las minas antipersonal (MAP), las municiones sin explosionar (MSE) y las trampas explosivas (TE), además del mejoramiento de las condiciones de vida de las víctimas, incluyendo el apoyo a comunidades afectadas.

“Esto se da a través del desarrollo de cuatro líneas: educación en el riesgo por causa de las minas antipersonal, atención integral a víctimas, fortalecimiento de las capacidades locales y, por último, fortalecimiento de las capacidades de respuesta de las jurisdicciones eclesiásticas”, asegura Luis Manuel Arroyo Martínez, especialista Junior del proyecto.

A lo largo de estos 12 años de implementación se han desarrollado actividades ajustadas a las líneas de intervención y a las necesidades de las comunidades, las víctimas y el contexto local, por ejemplo:

  • Formación de líderes comunitarios como multiplicadores de comportamientos seguros, con base a la educación en el riesgo por minas antipersonal (ERM) quienes posteriormente en sus comunidades hacen réplicas de estos comportamientos seguros.
  • Diseño, entrenamiento y dotación con relación a la gestión del riesgo a través de planes de autocuidado.
  • A través de los enlaces comunitarios en las zonas que han sido priorizadas para desminado humanitario, se hace un proceso de sensibilización y educación en ERM, el cual permite abonar el terreno para cuando la organización de desminado humanitario entre a desarrollar las actividades propias de su labor.
  • Asistencia integral a personas que han resultado víctimas de estos artefactos explosivos, quienes son apoyados con alimentos, hospedaje, transporte, ayudas ortopédicas, entre otras.
  • Acompañamiento psicosocial para la víctima y familiares para afrontar la situación generada por el accidente.
  • Acompañamiento jurídico para lograr un mayor acceso a derechos.
  • Entrenamiento a sobrevivientes en la estrategia de acompañamiento de pares, para lograr resultados más sobresalientes en los procesos de recuperación y acceso a derechos.
  • Jornadas de reconciliación y memoria histórica, que se desarrollan en comunidades donde el conflicto arreció fuertemente. Estas consisten en hacer una reconstrucción de la memoria de las comunidades antes, durante y después de la situación de conflicto.
  • A través de ayudas económicas y materiales a las víctimas, se les brinda apoyo para mejorar sus condiciones, impactando positivamente en el proceso de inclusión social posterior al accidente que sufrieron.

Según Luis Manuel Arroyo, especialista junior del proyecto, “gracias a la implementación de este se ha estructurado un modelo de trabajo en el cual las mismas comunidades, a través de sus líderes, se vuelven partícipes activos en los procesos de educación en el riesgo por las minas antipersonal; se han realizado actividades con enfoque étnico y contextualizado en poblaciones donde la presencia de otras organizaciones ha sido poca; se ha brindado asistencia, asesoramiento y acompañamiento en los procesos de accesos a derechos, se diseñó e implementó una estrategia de ERM en Desminado Humanitario con los estándares nacionales”.

También se ha logrado, junto a otras organizaciones, posicionar el tema frente a los gobiernos de turno, tener la acreditación de las jurisdicciones eclesiásticas por la autoridad nacional donde se desarrolla el proyecto y formar un equipo de trabajo con criterios de calidad que permiten desarrollar actividades de alto impacto en sus regiones.

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