Violaciones a Derechos Humanos de pescadores y pesca
ilegal no declarada; mensaje de la Jornada mundial de pesca
La jornada mundial de la Pesca, que se conmemora este lunes 21 de noviembre, es una gran oportunidad para compartir el trabajo que Iglesia colombiana, a através del Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana, viene realizando desde hace décadas a través del Apostolado del Mar, acompañando a marinos, pescadores sus familias y sus comunidades; así como al cuidado de la creacion, especialmente de ecosistemas acuáticos y terrestres ambientalmente amenazados.
Para esta ocasión, se prevé la presentación del mensaje de la Santa Sede sobre el tema: “Las violaciones de los derechos humanos de los pescadores y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada”, a cargo del cardenal Antonio María Veglió
Como nos recuerda el obispo Julio Hernando García, de Istmina-Tadó, la Iglesia tiene grandes oportunidades para acompañar a los pescadores y sus realidades, “nos sentimos animados con el poder del Espíritu Santo, a remar mar adentro en este apasionante ambiente de los pescadores. En la orilla no se pesca nada, adentro está lo mejor y las grandes sorpresas y nos sentimos animados por el principal pescador: el Espíritu Santo. Este trabajo evangelizador es un poco extraño, ajeno, incomprensible, lo nuestro es llegar a donde otros no llegan, es salir a la periferia, a un olor para muchos desagradable…. los invito a oler a pescado”.
Como Iglesia estamos llamados a alabar a Dios en todas las criaturas, admirando la creación sin desconocer situaciones que amenazan el estado de los cuerpos de agua como mares, ciénagas, caños, ríos, estanques y pozos por el estilo de vida humano.
Oler a pescado es reconocer las causas y efectos que padecen los pescadores y sus familias; seguimos animados en desarrollar estrategias conjuntas que contribuyan a la sensibilización y concientización de la importancia del recurso pesquero fortaleciendo la piscicultura y el repoblamiento para disminuir la presión. Promover la pesca legal, control de la ilegal y fuertes controles de pesca de peces de tallas minimas y en época de veda.
Visibilizar el impacto negativo por los toxicos, por la contaminacion con mercurio por industrias extractivas especialmente la minería del oro.
Gestionar y trabajar con comunidades y autoridades locales acciones de dragado y canalización de ríos y caños, para que no se sequen en verano y pongan en riesgo las poblaciones de peces que son para muchísimas familias el sustento diario, gestionar que se tapen los caños artificiales y se destapen los naturales que están taponados en sus bocas.
Reforestar con flora nativa las orillas de los caños, ciénagas y el río, con la estrategia de generación de empleo para las familias de las organizaciones.
En esta jornada internacional, como Iglesia Católica queremos renovar nuestro llamamiento al Estado colombiano para que ratifique el Convenio sobre el trabajo en la pesca, 2007 (OIT, núm. 188), con el fin de crear un entorno laboral seguro a bordo de los buques pesqueros y mejores disposiciones de bienestar para los pescadores. A partir de octubre de 2016 el convenio ha sido ratificado por nueve estados costeros, y se necesita la ratificación de un país más para que el convenio pueda entrar en vigor.
Noviembre 18 de 2016