El pasado mes de mayo se realizó en Brasil el segundo encuentro de la celebración de los 40° de la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados en el que se abordaron Estrategias integrales para soluciones solidarias
Desde hace más de una década, se ha acrecentado la crisis migratoria venezolana que ha impactado a América Latina. Alrededor de 7 millones de venezolanos han abandonado su país para situarse en otros territorios, siendo Colombia uno de los lugares de tránsito o acogida. Según Migración Colombia al 31 de enero de 2024, había más de 2,8 millones de migrantes residentes en Colombia y en 2023 mensualmente, en promedio, ingresaron 39.017 personas y salieron 36.960.
Como un gran acontecimiento que va ligado a esta crisis, este año se celebra el 40° aniversario de la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados, que es reconocido como un instrumento jurídico en materia de protección y soluciones en América Latina y el Caribe
En el marco de este evento, ya se han realizado dos consultas temáticas del proceso de Cartagena+40 durante el mes de abril en México y el mes de mayo en Brasil. En la primera consulta temática se abordó la “protección de las personas en situación de movilidad humana y apátridas”, que tuvo como objetivo reflexionar sobre las necesidades de protección actuales en América Latina y el Caribe para proponer soluciones.
Por su parte, en la segunda consulta temática, en la que participó la Red CLAMOR, se hizo frente a la “inclusión e integración mediante soluciones alternativas, integrales y sostenibles”, en el que se realizó un análisis para identificar, destacar y promover estrategias, compromisos y respuestas comunes para los países de origen, tránsito, destino y retorno, como para personas desplazadas, retornadas y las comunidades de acogida.
La Red CLAMOR asistió en esta última consulta con Betty Calixto, de la Red Franciscana para Migrantes, miembro de la Comisión de Incidencia. La presencia de la Red Es importante resaltarla, pues fue seleccionada como una de las cinco organizaciones de la Sociedad Civil, lo que demuestra su compromiso y relevancia para articular respuestas integrales en pro de la poblaciones desplazadas y retornadas.
En su intervención propuso 11 acciones desde una visión humanista:
- Garantizar el derecho a solicitar y recibir asilo, asignando recursos congruentes con el aumento de solicitudes de asilo, para facilitar la integración en los países de acogida, con respeto a las diferencias culturales, principalmente de las comunidades indígenas. Es urgente que los Estados demuestren voluntad política y doten de las partidas presupuestarias necesarias para aumentar sus capacidades institucionales en el reconocimiento de la condición de refugiado y así honrar sus compromisos internacionales.
- Durante los procedimientos de solicitud de reconocimiento de la condición de refugiado las personas deben gozar de seguridad jurídica a través de documentos de regularización migratoria que garanticen el acceso pleno a derechos y en igualdad de condiciones con relación a las personas nacionales. Esto implica trabajar de manera digna y tener acceso a medios de vida suficientes, y no impedir o limitar la movilidad en los territorios nacionales para aliviar la presión en zonas de frontera. Comprender el trabajo digno como un derecho habilitante para contribuir a las comunidades receptoras y aportar desde la formalidad a la tributación de los Estados.
- Impulsar y fortalecer el Programa de Integración Local del ACNUR, con una perspectiva de género, al ser las mujeres quienes laboran en la economía del trabajo del hogar y cuidados, los cuales, son centrales para la sostenibilidad de las familias, la economía y la sociedad. Es imperante considerar el diseño de políticas de empleo enfocadas en las habilidades, saberes y profesiones de las personas, para promover una integración socioeconómica eficiente y sostenible.
- Garantizar el goce efectivo de los DESCA, así como la inclusión financiera de la población solicitante, incluyendo la no hispanohablante, a través de intérpretes o traductores de los diferentes idiomas.
- Garantizar que la inversión de la cooperación internacional y agencias multilaterales tengan en consideración las necesidades de las personas solicitantes y refugiadas y las comunidades de acogida para que la inversión de recursos promueva la cohesión social, para ello es importante que participen en la toma de decisiones.
- Los gobiernos, la banca, actores financieros locales no bancarios y empresarios, y las personas solicitantes y refugiadas para mejorar los productos y servicios que respondan a las necesidades de los refugiados solicitantes de asilo y refugiados. Son abundantes los ejemplos de éxito en los que la población refugiada ha mantenido en funcionamiento ciertas industrias en los países de acogida, gracias a estos acuerdos multiactor.
- Promover la educación a la niñez y adolescencia migrante, refugiada o apátrida a través de la simplificación de los requisitos para el ingreso a las escuelas, reducción o eliminación de las cuotas de inscripción, apostillamiento, a fin de que puedan acceder a servicios educativos específicos para ellos. Prestar atención especial a la niñez separada y no acompañada.
- Promover programas de capacitación profesional en asocio con organizaciones de la sociedad civil y la academia, para potencializar capacidades y habilidades para propiciar el emprendimiento y desarrollo de empresas en contexto de movilidad.
- Apoyar programas de microcréditos mediante asesoría técnica y capacitación, principalmente para mujeres, jóvenes e indígenas, para que puedan crear hábitos que les permitan acceder a productos y servicios financieros formales.
- Exigimos el respeto irrestricto al derecho humano de la protección de datos personales a través de la información biométrica, por lo que, el uso de las tecnologías para acceder a los sistemas financieros debe tener como finalidad el acceso a los procesos para la adquisición de productos y servicios de la población solicitante de asilo y refugiada.
- Poner especial atención, mediante mecanismos de inspección laboral, en los casos de explotación laboral y sexual en los que muchas personas solicitantes de refugio se ven inmersas, dada la falta de escrúpulos de empleadores y redes de trata de personas.
Esta fue una oportunidad para que la Red CLAMOR, como representante de la Iglesia Católica en temas de movilidad humana, hiciera presencia en un espacio de reflexión sobre los avances y vacíos regionales en la protección de la población refugiada y migrante.
El ideal sería evitar las migraciones, pero mientras hay avances se debe respetar el derecho de encontrar un “lugar donde pueda no solamente satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia, sino también realizarse integralmente como persona”, como lo menciona el Papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti. Por esta razón, nos acogemos a continuar nuestra labor de agentes de cambio bajo los cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar, para seguir transformando la realidad de los migrantes, refugiados, desplazados y víctimas.
La tercera consulta se está realizando desde del 19 al 21 de junio en Bogotá, en la que dialogará sobre los desplazamientos por desastres.