Rurrenabaque, Bolivia – Del 12 al 15 de junio, se llevó a cabo el XI Foro Social Panamazónico (FOSPA), un espacio donde la diversidad y la lucha de los pueblos amazónicos convergieron para dialogar y construir alternativas frente a las amenazas que enfrentan. Delegaciones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, junto con la representación de la REPAM Colombia, incluyendo comunidades afrocolombianas, campesinas e indígenas de la Amazonía colombiana, se unieron en este evento.
Durante cuatro intensos días, los participantes se involucraron profundamente en mesas de trabajo y asambleas que abordaron temas cruciales como los derechos de los pueblos indígenas, la protección de la Madre Tierra, alternativas al extractivismo y la resistencia de las mujeres amazónicas. En estos espacios, se compartieron experiencias y estrategias para visibilizar la realidad de la Amazonía y encontrar caminos conjuntos hacia un futuro sostenible.
Los participantes del proyecto de Manejo Sostenible de la Tierra, apoyado por Caritas Noruega, tuvieron una participación activa en la que pudieron hablar de su realidad, dar a conocer la situación de sus comunidades y recordar que, en la Amazonía, además de comunidades indígenas, también se encuentran comunidades afrodescendientes y campesinas. Sus aportes enriquecieron las discusiones con un enfoque en la durabilidad y la inclusión de todas las voces amazónicas. En estas discusiones participaron representantes de las comunidades Betania, Río Negro, Villalobos y el Cabildo Indígena de Calarcá del departamento del Caquetá, quienes contribuyeron significativamente al intercambio de conocimientos y experiencias, subrayando la diversidad cultural.
Las actividades incluyeron acciones culturales, el Tribunal de las Mujeres y visitas a comunidades indígenas y ribereñas, lo que permitió a los asistentes conectar directamente con las realidades locales.
En un contexto global marcado por crisis climáticas y sociales, el foro dejó claro que la lucha de los pueblos amazónicos es más relevante que nunca. Los participantes exigieron la implementación del Acuerdo de Escazú y denunciaron la explotación depredadora de la naturaleza y el despojo de sus territorios.
El FOSPA XI también manifestó una fuerte solidaridad internacional, expresando apoyo al pueblo de Palestina y a otros pueblos que luchan contra la dominación colonial. Se hizo un llamado a la ONU para que reconozca las autonomías de los pueblos indígenas en territorios como la Guayana Francesa.
Durante este importante espacio, quedó demostrado que “Todos Somos Amazonía” y que debemos seguir caminando juntos y juntas para su protección, defensa y cuidado. Este foro fue una reafirmación del compromiso de los pueblos amazónicos de luchar por un mundo más justo, donde la naturaleza sea reconocida como sujeto de derechos y la igualdad sea una realidad para todos.
El mandato emitido será la guía que orientará las futuras acciones de resistencia y esperanza en la Amazonía y en la Casa Común.
Por: Tatiana Avendaño Cuesta.