Encuentro de las Comisiones Episcopales de migraciones en América del Sur
Santiago de Chile, 13 de septiembre de 2017. Representantes de las Conferencias Episcopales de 10 países de América del Sur (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), con la presencia del CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana) y de la Sección Migrantes y Refugiados perteneciente al Dicasterio para el Desarrollo Humano e Integral, llevaron a cabo una reunión en Santiago de Chile los días 12 y 13 de septiembre, coordinada por la Conferencia Episcopal de la República Argentina.
El eje de la reunión estuvo en analizar la actual realidad sudamericana en temas de migración y refugio, como también establecer los desafíos, oportunidades que la Iglesia Católica a través de su accionar en una región que con sus propias características en lo que refiere a la movilidad humana, está inserta en un contexto global cada vez más complejo.
Durante el encuentro se presentaron las situaciones puntuales de cada país en lo se está haciendo en migración, refugio, tráfico y trata de personas, y marcos legales migratorios y de asilo. Ese ejercicio permitió tener una visión sudamericana, donde países de tránsito, origen, destino y retorno, e incluso aquellos que poseen todas o más de una de esas características, se transforman en piezas de un todo, por lo que las soluciones y el accionar de la Iglesia deba ser coordinado y sinérgico.
El encuentro también permitió profundizar en dos temas: por un lado, presentar a través de la Sección Migrantes y Refugiados, los esfuerzos que la Iglesia viene realizando para los Pactos Mundiales de Migración y Refugio de 2018. Para ello, se expusieron los 20 puntos aprobados por el Papa Francisco, los cuales mediante un plan estratégico y de acción presentado, se desean incluir en los pactos (uno para migración y otro para refugiados). El período de negociación que finaliza en 2018 involucra cerca de 193 países, y donde la sociedad civil juega un rol importante. Se abre una oportunidad para una Iglesia que quiere ser protagonista de un hito histórico. Por último, se dedicó un tiempo especial a estudiar la actual crisis migratoria venezolana, como así también las futuras líneas de trabajo de la Iglesia Sudamericana.
Sin dudas fue un momento de encuentro muy positivo, que dejó un camino de trabajo intenso para los próximos meses, cuyo horizonte es hacer de la acogida, la protección, la promoción y la integración – 4 verbos con los cuales el Papa Francisco piensa la movilidad humana – las bases de una conciencia global que ya no permite ambigüedades.
A María, Madre de los Migrantes, encomendamos a todos nuestros hermanos que sufren el desplazamiento y la migración forzada.