Comunicado por la emergencia derivada por el Proyecto Hidroeléctrico de Ituango
Santa Rosa de Osos, junio 14 de 2018. La emergencia en el Proyecto Hidroelétrico de Ituango se ha escalado en un lapso de 33 días al sumarse nuevas alertas y emergencias de todo orden, tanto aguas arriba y más grave aún, aguas abajo del proyecto, afectando a comunidades enteras pertenecientes a las regiones del Norte y Bajo Cauca de Antioquia y otros departamentos.
Con motivo de la crisis humanitaria, social, ambiental y económica que se ha derivado de esta situación y del cierre de la Troncal de Occidente, la Diócesis de Santa Rosa de Osos con sentimientos de solidaridad y cercanía cristiana, expresa la profunda preocupación por la situación que prevalece y se agrava en las zonas afectadas; así mismo la disposición para trabajar, como hasta ahora lo ha venido haciendo en favor de la vida, del orden social y moral, del cuidado de la “casa común” y de la construcción de la paz y la justicia. Como comunidad de fe nos solidarizamos y oramos, para que la situación de emergencia por la que atraviesa el Proyecto Hidroeléctrico de Ituango supere la crisis que afronta.
La Diócesis de Santa Rosa de Osos y la Pastoral Social se reunió con los alcaldes de Ituango, Tarazá, Santa Rosa de Osos y los párrocos de las comunidades afectadas, quienes ponemos en conocimiento de la opinión pública, con sensatez, preocupación y verdad, los hechos que siguen causando indignación en las comunidades y que dejan al Estado y a la empresa privada nacional, como indiferentes ante la angustia, la incertidumbre y el sufrimiento de las víctimas.
Desde que se originó la emergencia causada por el Proyecto Hidroelétrico de Ituango constatamos la siguiente problemática:
Damnificados y su atención prioritaria.
Algunas veredas del municipio de Ituango (El Aro, Filadelfia y veredas aledañas) como también los habitantes que están en las laderas del río Cauca, aguas abajo, antes de llegar a Puerto Valdivia, están desabastecidas, incomunicadas, afectando su movilidad, porque han quedado sin vías de acceso y de evacuación. Con ellos, muchos de los afectados, ya en el Bajo Cauca, viven a la intemperie, expuestos a todo tipo de peligros y enfermedades, sin la atención adecuada y oportuna. También las comunidades de Raudal-Valdivia y Barroblanco-Tarazá sufren desabastecimiento y costos elevados de los productos básicos.
Verdad es que las Empresas Públicas de Medellín – Proyecto Hidroeléctrico de Ituango, han atendido a los habitantes de Puerto Valdivia que tuvieron que ser reubicados por el inminente peligro que causó la contingencia del Proyecto y se han instalado albergues en el Doce, Tarazá y Guarumo-Cáceres, puntos de encuentro en Caucasia y Nechí, sin embargo la interpretación de la Ley 1523 del 2012, con relación a la emergencia causada, hace distinciones de atención entre albergue y puntos de encuentro, lo que ha generado no solo confusión, sino también desatención a gran parte de la comunidad de Tarazá y Cáceres que están ubicados a orillas del río. Son trabajadores sencillos que obtienen su sustento del río y de la vía. En alerta roja, temor y zozobra continua, se les ordena que vayan a trabajar y a dormir en las carpas de los puntos de encuentro. Esto es inadmisible en un Estado que se proclama: “Estado Social de Derecho”
Información, transporte y actividad económica.
Aunque ha habido responsabilidad con el tema de las alertas, es necesaria mayor eficacia con la comunicación, informando el estado real de la situación. Se genera mucha confusión por las redes sociales.
En el caso de las vías de acceso, aguas arriba, reconocemos a la comunidad de Ituango su comportamiento respetuoso, paciente y solidario; así mismo el esfuerzo de EPM por solucionar esta situación, lo cual no reduce la responsabilidad del mejoramiento continuo que demanda el grave problema de acceso y movilidad de los pobladores.
Ha sido una buena medida la implementación del servicio de transporte a través del ferry, pero instamos a que la medida sea permanente, para evitar largas esperas de las comunidades en su desplazamiento.
Cierre de la Troncal de Occidente.
En el Norte de Antioquia, Santa Rosa de Osos, Yarumal y municipios aledaños, afectados por el cierre de la vía Medellín – Caucasia se evidencia situaciones críticas para la población: las actividades económicas están estancadas, es significativo el desabastecimiento y se ha disparado la especulación con los precios de los alimentos y los arrendamientos.
Se ha llegado al recorte de personal de muchas empresas que generan sus ingresos por la actividad económica de la vía troncal de occidente, se desencadenó el desempleo y el cierre de muchos locales y estaderos, dedicados al comercio.
También las personas que viven de la pesca y de la minería artesanal, durante este tiempo se han visto seriamente afectadas en su sostenimiento económico, debido al cambio repentino de los caudales del río y la amenaza siempre permanente.
Empresas lecheras se han afectado enormemente, hay lechada y se están tomando medidas extremas que repercuten negativamente en la economía de la región. Las pérdidas de los transportadores son millonarias, superan los cálculos de los paros armados, mineros y campesinos que en otro tiempo hemos vivido.
A lo largo de la vía cunde el temor; se evidencia el abandono de las tierras y viviendas, reina la soledad y el desconcierto. No hay movilidad y, un derrumbe en Valdivia desde el pasado 31 de mayo, que no han retirado por poca maquinaria, en una arteria vial, vital para el país y siempre en condiciones casi intransitables, parece evidenciar ausencia e indolencia del Estado con la región.
Se habla de contingencia y sin embargo el Estado ha retirado su presencia de los municipios de Tarazá y Cáceres dejando a las comunidades solas y sin institucionalidad.
Pedimos a todas las autoridades del ejecutivo, el Legislativo, el Judicial, Procuraduría, Fiscalía, Defensoría del Pueblo, Bienestar Familiar, DNP, DPS, cumplir con su obligación de velar por la vida de las personas afectadas y que se unan a la solución de la emergencia por la que atraviesan estas comunidades.
Convocamos a las organizaciones eclesiales, empresas privadas, entidades, gremios, organizaciones no gubernamentales a practicar una solidaridad efectiva, que posibilite el acceso a la población afectada a los servicios básicos de salud, alimentación y protección psicosocial ante la angustiosa situación que viven en estos momentos.
Por parte de la Diócesis de Santa Rosa de Osos continuaremos en el esfuerzo de acompañar a las comunidades, nuestra principal obra de caridad y social. Contamos con la ayuda espiritual y efectiva de nuestros fieles y de la Iglesia Católica en Colombia.
Imploramos la bendición de Dios para todos, especialmente para los afectados y los que sufren. Que el reconocer a Cristo en los afectados inspire nuestro caminar hacia ellos.
+Jorge Alberto Ossa Soto
Obispo de Santa Rosa de Osos