Participación de las víctimas de minas antipersonal en la construcción de paz
21/09/2020 El grupo de víctimas por Minas Antipersonal (MAP) representa el 0.13% del total que ha dejado el conflicto armado. Las MAP, Municiones sin Explosionar (MSE) y Trampas Explosivas (TE) han provocado daños irreparables sobre hombres, mujeres, niños y niñas que se han visto obligados a cambiar la relación con su cuerpo, con sus rutinas diarias y con su futuro, así como su relación con la comunidad y el territorio que habitan.
“Para finales de agosto de este año se registraron 1.919 víctimas y de estas, una de cada cinco personas fallecieron. Por esto, Pastoral Social se ha enfocado en acompañar el camino de dolor de los sobrevivientes para reconstruir sus vidas por medio de una asistencia integral que propicie la garantía de sus derechos como sujetos sociales y su dignidad humana”, afirmó Sonia Juliana Fonseca, especialista del Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana – SNPS/CC.
Este ha sido el propósito de los últimos 13 años: fomentar el desarrollo de las capacidades a través de la reconciliación de las víctimas con su mente, cuerpo y espíritu, todo mediante una asistencia que contribuya en la reconstrucción de sus derechos y deberes para fortalecer su participación social. Los resultados de este camino han sido a nivel personal, organizacional, relacional y estructural.
La experta señala que a nivel personal se ha conseguido el desarrollo de capacidades individuales que favorecen la recuperación emocional, espiritual y la rehabilitación física, así como el reconocimiento y gestión de los derechos y deberes para la reconstrucción de los proyectos de vida de las personas.
En el escenario organizacional, se ha logrado la asociatividad para alcanzar metas comunes en la reivindicación de los derechos de las víctimas y liderazgo en proyectos comunitarios para la superación de barreras a nivel país. Vinculado a esto, se han puesto en marcha procesos de rehabilitación que acompañan a las víctimas para sobrellevar sus crisis y fortalecer su autonomía.
A nivel estructural se han implementado mesas de participación a nivel nacional, departamental y municipal, así como participación en la Red Sobrevive (Red Latinoamericana de Sobrevivientes de MAP, MSE y REG y personas en condición de discapacidad).
Por otra parte, los desafíos para lograr participación efectiva y activa de las víctimas han sido en los siguientes frentes: sobrevivientes, organizaciones humanitarias y entidades gubernamentales.
“No solo tenemos el reto de sostener los procesos de rehabilitación, sino de acompañar los procesos de formación y desarrollo de capacidades, facilitar recursos para garantizar la participación social de los sobrevivientes, incentivar y vincular a los sobrevivientes en espacios de política pública y garantizar articulación institucional para la construcción de paz”, agregó Sonia Juliana Fonseca.
De esta manera, el trabajo desde Pastoral Social ha buscado y conseguido que las víctimas no solo se conviertan en agentes que participan en su comunidad, sino también en voceros de experiencia.