ENCUENTRO NACIONAL DE DIRECTORES DE PASTORAL SOCIAL
“Un Camino Sinodal para la Paz y la Reconciliación”
El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social – Cáritas Colombiana, Monseñor Juan Carlos Barreto Barreto; el director del Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas Colombiana (SNPS-CC), Padre Rafael Castillo Torres y representantes de las 78 direcciones de Pastoral Social-Cáritas Colombiana en Colombia, se dan cita del primero al 3 de febrero en el marco del Encuentro Nacional de Directores de Pastoral Social-Cáritas Colombiana 2023, que se lleva a cabo en la sede del Secretariado Nacional en la ciudad de Bogotá D.C.
Hacia Una Pastoral Para La Reconciliación Y La Paz
La Conferencia Episcopal de Colombia, luego de un período de consulta a diversos sectores eclesiales, ha establecido los lineamientos de una Pastoral hacia la Paz y la Reconciliación, compilándolos en un documento orientador, insumo fundamental para que laicos, sacerdotes y comunidades religiosas, inspirados en la Palabra de Dios y las enseñanzas sociales de la Iglesia católica, se comprometan con criterios y acciones pedagógicas en la construcción de paz junto a otras organizaciones e instituciones del país.
El Padre Rafael Castillo socializó la misión y visión del SNPS-CC, la distribución de nuestra labor a través de las comunidades de aprendizaje con los temas de Paz y reconciliación; Tierra y Territorio; Protección y Fortalecimiento Organizacional. Así mismo, planteó unas preguntas orientadoras para discernir de manera profunda la realidad que nos interpela como Iglesia, ante las circunstancias y particularidades de los territorios que acompañamos.
Por su parte, el Monseñor Juan Carlos Barreto socializó el documento “Hacia una Pastoral para la Paz y la Reconciliación”, que busca de manera amplia definir conceptos, explicar la importancia de la misión de paz y las acciones pastorales, así como esbozar criterios pedagógicos para alcanzar los objetivos frente a esta, dentro del espíritu sinodal.
Señaló la importancia de analizar el aporte que la Iglesia puede brindar a “la paz total” teniendo en cuenta las experiencias e iniciativas que se acompañan desde las Jurisdicciones eclesiásticas, lo cual requiere “sentarnos a escuchar y que nos escuchen”.
La paz es un trabajo que no podemos hacer solos, sino de manera sinodal con otros sectores sociales como la academia o el sector productivo, generando diálogos improbables.
En este sentido, resaltó que nuestro compromiso es conocer lo que está pasando en los territorios para “ser ministros de la reconciliación” apoyando la reconstrucción del tejido social y evitando tentaciones como el pesimismo. Esta labor requiere paciencia, con una mirada de largo aliento. De esta manera, señaló que el objetivo del encuentro es apoyar la organización de la Pastoral Social para responder a los retos que demanda la coyuntura actual, donde la paz hace parte de la orientación para la acción evangelizadora y en consecuencia en el territorio debe existir una Pastoral para la Paz que contribuya a una acción pedagógica que permita llevar a la práctica acciones concretas, como la articulación y acompañamiento a la sociedad. Reflexionar frente a estos aportes, es el objetivo de este encuentro.
Reflexionar y seguir identificando posibilidades de trabajo conjunto con el Alto Comisionado para la Paz
Durante el evento se llevó a cabo un conversatorio con el Alto Comisionado para la Paz, Iván Danilo Rueda Rodríguez, sobre las posibilidades de articulación entre el Gobierno nacional y el acompañamiento de la Iglesia para el desarrollo de acciones de paz en las regiones.
En su intervención, el Alto Comisionado para la Paz señaló concordancias profundas en relación a los principios propios del Evangelio y lo que se espera de la política de gobierno en relación con “la paz total”, reconociendo que la paz es sinónimo de justicia social y requiere de tres principios éticos para su desarrollo: 1. La ética del respeto a la vida; 2. la ética fundada en el diálogo y escucha, y, 3. la ética de la honestidad.
El Comisionado Rueda, señaló que, para dar el primer paso, es necesario concertar ceses al fuego con los grupos a nivel territorial y “pactos por la vida”, que den apertura al diálogo entre comunidades e integrantes de los grupos de violencia urbana y rural desde un enfoque de justicia restaurativa.
Luego de socializar el avance en los diálogos, señaló importantes retos que aún persisten, como poder generar procesos de comunicación de manera diferente donde la ética de la honestidad esté en el centro de la práctica de la construcción de la paz. Por esta razón, expresó la intención del Gobierno nacional de articularse con los señores Obispos y Directores de Pastoral Social, y extendió una invitación para aunar esfuerzos que permitan seguir construyendo escenarios dialógicos con los grupos armados que hacen presencia en los territorios, ya que se ha identificado que “cuando la Iglesia es mediadora o hace presencia en un espacio de diálogo, da confianza a los actores involucrados”, señaló el Alto Comisionado.